Semana y media después de la reunión entre el lehendakari, los diputados generales y el presidente de Eudel para estudiar la aplicación del plan de ajuste de Zapatero, que desde Lakua fue valorada positivamente por su «buen clima» y el, según su propia versión, alto nivel de acuerdo alcanzado, la confrontación pública entre ambas partes es abierta. Ayer, el presidente del PNV, Iñigo Urkullu, y el portavoz parlamentario del PSE, José Antonio Pastor, se enzarzaron en un cruce de declaraciones en las que las instituciones que ambos partidos gobiernan no salieron bien paradas.

En una rueda de prensa en Bilbo, el líder jeltzale exigió a Patxi López «lealtad institucional», y le echó en cara que desde aquel encuentro no haya contactado con sus interlocutores. Así, tras destacar que las medidas aprobadas por Lakua afectan al conjunto de la administración de la CAV, dijo no entender «cómo es posible que se convoque a los diputados generales y al presidente de Eudel para transmitirles las medidas del plan de ajuste, se hagan aportaciones de los diputados, el lehendakari asuma el compromiso de dar una respuesta a las mismas, y no haya ni siquiera una respuesta por escrito».

En este sentido, Urkullu pidió al lehendakari que vuelva a reunirse con los diputados generales para explicarles cómo afectará a las administraciones su plan de recorte del gasto, y destacó que algunas de las medidas que contempla el Ejecutivo tiene que estar contemplada previamente en una comisión mixta del Concierto Económico. «Y esa comisión -agregó- no se ha convocado, por lo que no se ha debatido cómo han de aplicarse algunas de las medidas que están en ese plan de ajuste».

«Un contrapoder»

No tardaron mucho en responderle desde el partido de López. En un comunicado, José Antonio Pastor acusó al PNV de utilizar las diputaciones y Eudel, «que consideran propiedad del nacionalismo, como un contrapoder efectivo al Gobierno Vasco». A su juicio, la formación jeltzale «sigue sin asumir que ya no gobierna en Euskadi y que es a otro Gobierno, el que preside el lehendakari Patxi López, al que le toca adoptar medidas para hacer frente a la crisis».

El portavoz del PSE defendió la gestión del secretario general de su partido, y sostuvo que «lo que no puede pretender el PNV es seguir gobernando desde la oposición, para evitar que el Gobierno vasco asuma sus propias responsabilidades ante el país y la sociedad vasca».

Pastor consideró también que con sus declaraciones, Urkullu y sus compañeros de partido buscan «anular» al Gobierno de Lakua, y también al Parlamento, «al que el PNV parece tener en muy poca estima».