¿Por qué ha pinchado la segunda parte de «Sexo en Nueva York» en su estreno norteamericano? Los analistas de Hollywood se han apresurado a decir que el tiempo no pasa en vano, y que las cuatro protagonistas de la serie televisiva reconvertida en saga cinematográfica, han entrado en una edad peligrosa para las actrices de éxito. Auguran, por lo tanto, que este resbalón traerá consigo el declive de la, hasta ahora estelar, Sarah Jessica Parker.

Los críticos norteamericanos no le han dado el aprobado a la cinta, sino todo lo contrario. El largometraje ha recibido duras palabras como, por ejemplo, aburrido, inacabable o, incluso, pérdida de tiempo. Parece que, en este caso, se cumple la frase que dice; «segundas partes nunca fueron buenas».

Pero lo cierto es que nadie, absolutamente nadie, había predecido el bajón en taquilla de «Sexo en Nueva York 2». Muy por el contrario, se las prometían felices todas las partes implicadas, e incluso se hablaba de que, en términos sociológicos, es el producto ideal para los tiempos de crisis. De hecho, la actual avalancha de programas televisivos sobre mujeres ricas y famosas responde a los estudios de mercado, según los cuales, el momento de recesión propicia las ganas de soñar con el lujo y las fortunas inalcanzables. Y esa era precisamente la idea que manejaba el director Michael Patrick King, cuando decidió grabar unas caras y lujosas vacaciones.

Además de críticas duras hacia el trabajo de Michael Patrick King, el vestuario utilizado tampoco obtiene nada bueno. «Sexo en Nueva York» ha sido considerado durante años uno de los iconos de la moda pero en esta ocasión no acierta, sino que, según lo acérrimos seguidores de la serie, peca de antigua.

Vacaciones en Abu Dhabi.

Los millonarios ingresos obtenidos con la inicial «Sexo en Nueva York» en el año 2008, han permitido que el presupuesto de la continuación sea muy superior al anterior. El derroche previsto empezaba por un rodaje en los Emiratos Árabes, pero las autoridades del país de los petrodolares no concedieron el oportuno permiso, por lo que hubo que trasladar todo el equipo a Marruecos, donde la filmación se alargó de los trece días presupuestados en un principio, a un total de seis semanas, con los consiguientes gastos adicionales que supuso. Este cambio de escenario, ha supuesto la pérdida de uno de los elementos esenciales de la serie televisiva, lo cual no ha gustado a los críticos.

No contentos con buscar exóticas localizaciones, los productores quisieron echar el resto llenando el reparto de cameos por parte de artistas famosas, cuya presencia fue filtrada con fines promocionales. Se puede ver a Liza Minnelli en persona cantando en una boda gay y, para que todas las generaciones estén representadas por sus ídolos, no falta tampoco Myley Cyrus, que luce un vestido igual al de la actriz protagónica Kim Cattrall. La broma se extiende a Sarah Jessica Parker, la cual ha de soportar que su marido en la ficción, Mr. Big, interpretado por Chris Noth, tenga un lío a sus espaldas con una secretaria encarnada por Penélpe Cruz, a quien Sarah Jessica Parker agradecía el haber hecho un hueco «en su apretada agenda».

En los mentideros de internet se barajaron muchos otros nombres, finalmente desmentidos, como el de Britney Spears. Hasta Victoria Beckham se postuló para aparecer en una película tan «fashion», aunque nunca se sabe donde se termina la publicidad y donde empieza el fenómeno «fan». Lo malo es que tanta expectación previa provoca la pérdida de interés para el día del estreno.