Cuando se aventura que quedan pocas semanas para que la Santa Sede oficialice el nombramiento de Mario Iceta como obispo titular de Bilbo, 677 laicos, religiosos y curas han enviado al Nuncio en el Estado español, el italiano Renzo Fratini, un documento en el que muestran su preocupación por «la falta de participación» de la Iglesia vizcaina en el proceso.

A este respecto, explican que la comunidad diocesana ha tratado en anteriores procesos de que se le reconozca su derecho a la participación «pero los Nuncios anteriores a usted o rechazaron dichas intervenciones o, aun aceptadas, no las tuvieron de hecho en consideración».

«Esta esposa no quiere un esposo impuesto. Ni secretismo. Ni juego de intereses que no sean los exclusivamente evangélicos», manifiestan, antes de solicitar una «respuesta pronta», dada «la urgencia en la que nos encontramos». El contenido de la misiva, fechada el 1 de junio, se conoció ayer, después de que en meses procedentes desde la comunidad diocesana de Bizkaia se remitiese al Colegio de Consultores diversas opiniones sobre el perfil del futuro prelado. La mayoría coincide en que se tienen que atender los criterios de cercanía a la Iglesia local, alejados de los que representa el obispo auxiliar y candidato neoconservador, el gernikarra Mario Iceta Gavicagogeascoa.

Fue él quien instó al Colegio a abrir el periodo de consultas, a juicio de fuentes diocesanas consultadas por GARA, para «tratar de avalar un nombramiento vaticano que está cantado y que se materializará en breve». «La estrategia para diluir la Iglesia vasca no es nueva -subrayan- y en la antesala de la designación papal de Iceta, se pretende dar un manto de participación a un proceso que está fijado de antemano».