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Malatu prueba la voluntad de los aficionados al jazz con su disco debut

Jóvenes y veteranos han reunido astillas de Potato, de la Big Bang de Gasteiz, de los Mugalaris de Ruper Ordorika... para dar forma a un nuevo tronco, Malatu. Proyecto jazzístico en el que se mezclan universos convergentes del mundo del jazz, globalidad donde la banda de Gasteiz encuentra los porqués de su creación y sonoridad. Gaztelupeko Hotsak se anima con la edición a la espera, unos y otros, de que la comunidad jazzística vaya más allá de los festivales.

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Pablo CABEZA | BILBO

Si difícil es vender un disco de pop o de rock, no cabe imaginar qué puede ser motivar a los aficionados del jazz, acostumbrados sólo al buen rollete social de los festivales, a pasar por caja para comprar un disco, «Malatu», por ejemplo. Álbum recreado por músicos experimentados y con la mente abierta, pues dentro de su carpeta defiende un tipo de jazz sin complejos, abierto y globalizado.

«Malatu» es el primer disco de la banda de Gasteiz, la sólida aventura de un puñado de amantes del jazz y músicas afines. Tras varios años de trabajo, contactan con algunos posibles sellos. Quien responde al sonido de las canciones es Gaztelupeko Hotsak, discográfica seria, formal y con un trabajo espléndido a lo largo de su amplio catálogo. Donde se organice un festival de jazz, allí estará, si nadie se lo impide, Gaztelupeko Hotsak con sus numerosas referencias. Así que, dentro de lo posible (el público del jazz desaparece fuera de los festivales) Malatu han tenido suerte, pues su música recorrerá el circuito de festivales cuando menos en digital.

Cuatro de los integrantes de Malatu,Txefe, Luisja, Mikel e Iñaxio formaban parte del grupo Anastua Jazz Perku Band. Cuando éste empezó a dar sus últimos coletazos, decidieron formar otra banda, Malatu, a la que se unen posteriormente Laura y Alberto. Mikel, guitarra, es un fino compositor, así que despliega sus pentagramas y entre todos comienzan a organizar las notas. Cuando ya han convivido lo suficiente y los temas respiran, deciden meterse al estudio para grabar. Parece increíble, pero se lo toman con tanto tacto, inquietud y paciencia, que se pegan dos años de arreglos y grabación.

Al finalizar la grabación, tenía que llegar la fecha, le solicitaron a Nando de la Casa que hiciera las mezclas, al tiempo que le proponen la integración en el grupo, como hizo.

Experiencia

En Malatu cada componente deriva de un punto distanciado, pero próximo, salvo en el caso de los hermanos Alberto y Nando de la Casa, en su tiempo Mugalaris de Ruper Ordorika y, desde que existe la memoria, parte de la acción musical de Gasteiz. Laura Ortega y Mikel García han formado parte de Potato y la Gasteiz Big Band. Txefe Ferroni ha sido saxofonista de Kemen, Luisja R. Barron ha participado en diferentes grupos de percusión e Iñaxio Gabilondo venía del Alto Deba de cantar con su guitarra en plan cantautor y armonicista. Cabe destacar el singular timbre vocal, muy similar al de Mikel Laboa, a quien, de paso, homenajean en el disco y en la portada: «Lo del timbre de Inaxio no es forzado -afirma Mikel García- y tampoco lo del diseño de la carátula. Por una casualidad de la vida, conocimos al pintor bilbaíno Vicen Hermoso, nos enseñó su obra y quedamos enamorados de ella. Y, cierto, su estilo tenía cierto aire expresionista y le hacía un guiño a Zumeta al igual que nosotros se lo hacíamos a Laboa».

Mikel describe su visión de «Malatu». «Tiene bastante jazz en sus formas y en su lenguaje, pero no es una formación de jazz al uso. Son temas que se han ido desarrollando poco a poco, a fuego lento y que parten de melodías originales a las que se han ido uniendo diferentes músicos, instrumentistas que han dejado caer sus notas».

DIFERENCIA

Ante el predominio de las ediciones de pop y rock, no está mal que la escena crezca con otras propuestas, como el jazz de Malatu, que tiene en su contra la pasividad de los propios seguidores del jazz.

Ficha

Disco: «Malatu».

Sello: Gaztelupeko Hotsak.

Tindas: Ya a la venta.

Directo: Sala Jimmy Jazz de Gasteiz.

Fecha: Sábado 5.

Hora: 21.30.

Jazz latino, una parada en la profunda y espesa Brasil, Brodway... así es «Malatu»

Malatu suena a jazz, pero va libre. En ocasiones cortan el sonido aires balcánicos, se dispersan hasta llegar a Brasil, siempre fértil para el ritmo y el jazz. Se cuelan en Brodway y rozan el Caribe. «Estamos acostumbrados a que los discos sean bastante planos musicalmente, parece que uno tiene que ser fiel a un estilo concreto y que, si se sale de ahí, pierde la pureza. Dos mil años de cristianismo a la espalda pesan ¿eh?». Malatu es jazz latino, clásico, transversal, un punto de ruptura sobre la aventura de tener que alimentar un proyecto que cuesta dinero. Así es la música, hoy. P.C.

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