La vicepresidenta primera del Gobierno, María Teresa Fernández de la Vega, negó ayer tras el Consejo de Ministros que los últimos movimientos en la izquierda abertzale sean la causa del retraso en la tramitación parlamentaria del paquete de reformas que aprobó el Gobierno para hacer más difícil que Batasuna acuda a las urnas.

El pasado 26 de marzo, después de que el eurodiputado del PP Jaime Mayor Oreja hablara de negociaciones entre ETA y el Gobierno, el Consejo de Ministros anunció un endurecimiento de las leyes contra la izquierda abertzale que el PSOE se encargaría de trasladar al Congreso. El PP también tenía sus propias propuestas.

Al parecer, alguien ha entendido que los trámites van más lento de lo esperado y ayer, tras el Consejo de Ministros, le preguntaron a la vicepresidenta del Gobierno si el retraso en la tramitación en el Congreso de las reformas aprobadas por el Ejecutivo para reforzar la Ley Electoral tiene relación con los movimientos en la izquierda abertzale. María Teresa Fernández de la Vega respondió que «es un tema que se está pactando, pero por supuesto de ninguna manera eso significa que se vaya a rebajar ni a relajar ninguna de las actuaciones de vigilancia para que nadie pueda utilizar el fraude a la Ley».

«En este tema, como siempre, no hay cambios en la posición del Gobierno. Los terroristas ya lo saben, sólo cabe una opción que es el abandono de las armas de una vez para siempre», añadió De la Vega, quien se refirió también a «los que apoyan a los terroristas». «Sólo cabe una opción: renunciar de manera explícita y clara a la violencia y asumir las reglas del Estado de Derecho». También dijo que Batasuna es una formación ilegal y que no podrá presentarse «nunca» a las elecciones.

Y si a la vicepresidenta del Ejecutivo español le preguntaron si el Gobierno retrasaba el endurecimiento legal esperando a Batasuna, al ministro de Justicia le inquirieron si el Ejecutivo estaba preparando la legalización de esta formación. Francisco Caamaño respondió que «en principio no, de ningún modo. Los partidos ilegales son partidos ilegales».

También el presidente del PP, Mariano Rajoy, se vio obligado ayer a hablar de la izquierda abertzale para seguir pidiendo mano dura, porque -según dijo desde Almería- «todo lo demás son maniobras de distracción, marear la perdiz y un enorme error político».