Un carguero lleno de ayuda humanitaria proseguía ayer su ruta hacia Gaza, cuatro días después del sangriento e indiscri- minado ataque del Ejército sionista a una flotilla solidaria que se dirigía a este enclave palestino, mientras las fuerzas israelíes permanecían en alerta ante un posible brote de la violencia en el transcurso de las movilizaciones que habían convocado.

«El `Rachel Corrie' sigue su ruta hacia Gaza» dijo la organización irlandesa Campaña de Solidaridad Irlanda-Palestina (IPSC), precisando que había conseguido contactar con los pasajeros.

«Jenny Graham, uno de los pasajeros, dijo esta mañana por su teléfono satelital: `Nos encontramos a unas 150 millas de Gaza, avanzando a una buena velocidad y esperamos llegar a Gaza el sábado por la mañana'», rezaba el comunicado.

En Chipre, una portavoz de Free Gaza, Mary Hughes Thompson, dijo que esa velocidad permitiría a la embarcación llegar de madrugada a Gaza pero afirmó que probablemente retrasarían el viaje hasta esta mañana, «porque sería bastante peligroso llegar de noche».

El «Rachel Corrie», que inicialmente formaba parte de la «Flotilla de la Libertad», lleva a bordo 15 personas de Irlanda y Malasia, entre ellos una premio Nobel de la Paz y ex funcionaria de la ONU, Mairead Maguire, y mil toneladas de ayuda, según los propios organizadores.

La radio pública irlandesa RTE consiguió ayer ponerse en contacto con la premio Nobel a bordo, de 66 años, quien, en una conversación a través de su teléfono satelital, afirmó que «no estamos en contacto con los israelíes, y los israelíes no se han puesto en contacto con ninguno de los pasajeros de la nave, pero estamos totalmente convencidos a llevar este barco a Gaza».

«Israel piensa que vamos a llevar esta embarcación y toda su carga a Ashdod, pero no tenemos esa intención. Ashdod es Israel», añadió.

La premio Nobel calificó de «satisfactoria» para la tripulación del barco la opción de que la carga esté controlada por la ONU o un órgano independiente para verificar que no transportan materiales peligrosos.

«Pero no estamos dispuestos a permitir que Israel lo haga. Nuestra carga ha sido inspeccionada por funcionarios del Gobierno irlandés, los dirigentes sindicales en [el puerto de] Dundalk y los dirigentes del partido verde», puntualizó.

«Desde entonces, la carga está sellada, totalmente sellada. No tenemos nada que no sea ayuda humanitaria a bordo», aclaró.

En alerta

Entretanto, las fuerzas sionistas de seguridad permanecían ayer en alerta, especialmente en Jerusalén, por temor a disturbios durante las manifestaciones convocadas por los palestinos y los árabes israelíes, en respuesta al mortífero ataque contra la solidaridad, que se saldó con nueve activistas muertos.

«Nuestras fuerzas están en alerta en todo el país, pero particularmente en Jerusalén», dijo a AFP Micky Rosenfeld, protavoz de la Policía israelí. No obstante, no se informó de incidentes.

Por otro lado, el presidente de EEUU, Barack Obama, manifestó que el asalto a la flotilla «no beneficia a la seguridad de Israel a largo plazo» y consideró prematuro condenar al Estado sionista por la matanza perpertada.

«EEUU ha dicho, junto al resto de miembros del Consejo de Seguridad de la ONU, que condenamos todos los actos que llevaron a esta violencia. Fue una situación trágica», indicó.

Estas palabras causaron «decepción» en el embajador turco en Washington, Namik Tan, quien agregó que el primer ministro turco, Recep Tayyip Erdogan, había solicitado personalmente a Obama que condenara la actuación de Israel.