Con independencia de los objetivos político-electorales fijados para el encuentro por cada una de las partes, la reunión mantenida ayer entre el presidente del PNV, Iñigo Urkullu, y el del Partido Popular en la CAV, Antonio Basagoiti, dejó al descubierto que más allá de la pose de tensión que ambos partidos exhiben tanto en Gasteiz como en Madrid, existe una palpable sintonía en materia económica. El burukide quiso centrar el guión del encuentro en transmitir al PP -socio preferente de Patxi López- una severa queja por la ausencia de responsabilidad institucional que atribuye al PSE. A partir de ahí, «jelkides» y «populares» coincidieron en criticar punto por punto las medidas anti-crisis de Zapatero, aplicadas de forma mimética en la Comunidad Autónoma Vasca por el Ejecutivo de Lakua.

Tras la fotografía de rigor, ambos líderes resaltaron el carácter «cordial» del encuentro desarrollado en Bilbo. No es de extrañar, si se tiene en cuenta que el orden del día buscó la «normalidad», dejó premeditadamente al margen la cuestión nacional y se centró en contrastar las visiones de ambos en el terreno económico. Porque ahí, tanto PP como PNV comparten vademécum a la hora de firmar recetas para superar la crisis, como la negativa a tocar la fiscalidad si es para gravar a las rentas más altas. Un sonoro toque de atención a López.