GARA > Idatzia > Iritzia> Azken puntua

Gloria REKARTE Ex presa política

Sin plan

 

En 2008 fueron 76. En 2009, sólo 55, qué bien, qué suerte. En los cinco meses y siete días del año en curso, ya suman 32. Treinta y dos mujeres asesinadas a manos de sus parejas. Los abusos sexuales, las violaciones, las palizas, el maltrato van en cuenta aparte. Si es que la hay. Pero las víctimas de la llamada violencia de género tienen una extraña cualidad: se desvanecen pronto. Estas muertes que contamos por decenas se pierden en el anonimato inducido. No tienen la condición necesaria para ser lloradas oficialmente, oficialmente reconocidas, oficialmente valoradas. El estado y las víctimas, en este caso, no se necesitan mutuamente. Hasta el término «de género» rebaja considerablemente la violencia que las mató. Que no es cosa de confundir: violencia, lo que se dice violencia, sólo hay una. La conmoción debida a cualquier otra es, por lo tanto, ligera, pasajera. Llevadera, en fin. Empieza en la escueta noticia que da cuenta del asesinato y termina con la fotografía de la concentración, donde salen los políticos. Después sólo quedan las estadísticas: fríos números y rayitas de colores en ligero descenso y rápida ascensión. Unos cuantos papeles acusando denuncias; una ley que castiga pero no evita y Bibiana Aído sacando tarjeta roja al maltratador. Las víctimas habidas no han merecido todavía el esfuerzo del diseño, el debate y la implantación de un plan capaz de terminar con un grave problema estructural, un plan para llevar a las escuelas la educación hacia el respeto y la igualdad; un plan para la deslegitimación de la violencia que más víctimas causa. Un Plan que, entonces sí, bien merecería ser llamado «de Convivencia».

 
 
Imprimatu 
Gehitu artikuloa: Delicious Zabaldu
Igo