La ofensiva talibán obliga a la OTAN a ralentizar su operación en Kandahar
La ofensiva talibán en Afganistán, que desde el domingo ha causado 24 bajas a las tropas extranjeras de ocupación, ha obligado a la OTAN a ralentizar la operación militar en la que está inmersa desde hace dos semanas en Kandahar, bastión de los talibán, con el objetivo de «restaurar la autoridad de Kabul» en la provincia. El primer ministro británico, David Cameron, anunció que no enviará refuerzos.
AFP |
El comandante en jefe de las tropas extranjeras en Afganistán, el general estadounidense Stanley McChrystal, admitió ayer serias dificultades para llevar a cabo en los plazos previstos la operación militar que desde hace dos semanas llevan a cabo fuerzas EEUU y Canadá con el apoyo del Ejército afgano.
En sus declaraciones a los periodistas al inicio de una reunión de los ministros de Defensa de la OTAN, celebrada en Bruselas, no hizo referencia a la ofensiva de la resistencia talibán, que en los últimos cinco días ha causado 24 bajas a la ISAF -la última ayer a consecuencia de la explosión de una bomba artesanal colocada en la carretera-, pero confirmó que la operación militar se ha ralentizado debido a la fría acogida de la población local y la incapacidad» de las autoridades afganas para tomar rápidamente el control de las zonas «limpiadas» por las tropas extranjeras.
La víspera, uno de sus adjuntos, el general Ben Hodges, responsable de las tropas estadounidenses en el sur de Afganis- tán, había reconocido que parte de la ofensiva planificada sobre algunos distritos debería ser aplazada «dos o tres meses», hasta que la brigada del Ejército afgano desplegada en la zona está totalmente dispuesta a colaborar con las fuerzas ocupantes.
Ayer, el general McChrystal señaló que los preparativos militares y políticos para expulsar a la resistencia talibán de Kandahar habían sido puestos efectivamente en marcha, pero añadió que «personalmente creo que habrá que tomar más precauciones que las que habíamos previsto con anterioridad», estimando en «varios meses» el tiempo necesario para observar una evolución.
«Sin embargo -agregó-, no creo que esto sea necesariamente algo malo. Es más importante hacer las cosas bien que hacerlas rápido».
El general McChrystal insistió en la necesidad de que las tropas extranjeras se tomen el tiempo necesario para ganarse la confianza de la gente y de sus líderes locales, de etnia pastún como la mayoría de los talibán, un tarea que no parece fácil.
«Yo no tengo la intención de ir deprisa, queremos asegurarnos de que las condiciones políticas se cumplen en relación a los líderes locales y a los habitantes» de la región, señaló evocando las lecciones aprendidas de la primera ofensiva militar de la ISAF en Marjah, y que aún continúa en la vecina provincia de Helmand, donde operan las tropas británicas.
Visita de Cameron
Precisamente ayer, el primer ministro británico, David Cameron, en una visita sorpresa a Afganistán, la primera tras asumir el cargo, y durante una rueda de prensa con el presidente afgano, Hamid Karzai, dijo que el país centroasiático es su «prioridad número uno», pero puntualizó que la posibilidad de enviar más soldados británicos de refuerzo al frente «no está ni remotamente en la agenda».
No obstante, Cameron anunció que Londres destinará 83 millones de euros adicionales para proteger a las tropas británicas de las bombas de carretera, e invertirá también en la formación del Ejército, la Policía y el servicio público afganos.
Esta misma semana, Cameron y su ministro de Defensa, Liam Fox, se entrevistaron en Londres con el titular de Defensa de EEUU, Robert Gates, con quien trataron de la lucha contra los talibán. Fox precisó entonces que Gran Bretaña -segundo máximo contribuyente de tropas con 10.000 soldados destinados en ese país, no prevé tampoco desplazar a sus tropas de Helmand a Kandahar para participar en la ofensiva que lidera EEUU.
Las operaciones en Afganistán, que el secretario general de la OTAN, Anders Fogh Rasmussen, calificó de «máxima prioridad», serán abordadas hoy en la reunión de ministros de Defensa de los 28 estados aliados.
Al menos cuarenta personas murieron y otras 77 resultaron heridas como consecuencia de un atentado suicida perpetrado durante la celebración de una boda la noche del miércoles en el distrito de Arghanbad, en Kandahar.
Según informaron las autoridades, que atribuyeron la acción a los talibán, «un terrorista suicida se introdujo en la celebración, en la que había centenares de personas, y se inmoló haciendo estallar el cinturón de explosivos que portaba».
Los talibán negaron su responsabilidad a través de las declaraciones de su portavoz, Qari Yusuf Ahmadi, a Reuters y condenaron «este acto brutal». Ahmadi responsabilizó a la misión de la OTAN en Afganistán, la ISAF, del ataque. Los talibán suelen reivindicar sus acciones, aunque más de una vez se han retractado cuando se han producido víctimas civiles.
No sería la primera vez que se produce un bombardeo de las fuerzas extranjeras que se salda con centenares de víctimas civiles, ni el primer contra una celebración de este tipo, pero la ISAF aseguró no estar involucrada en este ataque, el más sangriento desde que en agosto un coche bomba matara a 43 personas en Kandahar. Una portavoz de la ISAF afirmó que «es una cuestión afgana».
El diario estadounidense «The New York Times» el novio de la boda formaba parte de una milicia antitalibán local formada con la colaboración de las fuerzas especiales del Ejército de EEUU. Según este rotativo, en la celebración estaba presente el líder de dicho grupo, Mohammed Najo Kako, que habría resultado herido. GARA
David Cameron canceló la visita prevista a una base militar ante el temor a un ataque talibán, después de que fueran interceptada dos llamadas en las que se mencionaba un posible ataque con un misil contra un helicóptero y la llegada de una personalidad en uno de esos aparatos, según Efe.