REPORTAJE; Huelga general el 29 de junio
Tres décadas avalan a un sindicalismo vasco más reivindicativo y ágil
Si históricamente el movimiento obrero vasco ha tenido un carácter especialmente combativo, las huelgas generales de los últimos treinta años han mostrado rasgos diferenciados en cuanto a contenidos y capacidad de confrontación respecto al sindicalismo estatal.
Ramón SOLA- Pablo RUIZ DE ARETXABALETA
Euskal Herria siempre ha sido un puntal en cuanto a las luchas obreras. Según explica el historiador Iñaki Egaña en ``Diccionario histórico-político de Euskal Herria'', «ya en las matxinadas del siglo XVIII, Gipuzkoa conoció varias protestas de este tipo, aunque no sería hasta la industrialización de Bizkaia cuando tomaron un carácter masivo». Destacaron las huelgas de mineros en Bizkaia a partir de 1890 contra sus deplorables condiciones de trabajo. En Gipuzkoa, la primera protesta reseñable tuvo lugar en Eibar en 1897 y originó el despido de trabajadores de la zona que fueron sustituidos por mano de obra inmigrante. Al norte del Bidasoa, la huelga alcanzó carácter masivo en el sector de los sastres, en Baiona (1908).
Eran huelgas sofocadas por el Ejército. Especialmente sangrienta resultó la de 1917 (el año de la revolución rusa y de una grave crisis politica y social del Estado español), centrada en Bilbo y con casi un centenar de muertos, 14 de ellos en la capital vizcaína, y unos 2.000 detenidos. La siguiente fue la huelga revolucionaria de octubre de 1934, con especial repercusión en Arrasate y Eibar, además de Bizkaia, en la que también también intervino el Ejército.
Durante el franquismo destacaron las de 1947 y 1951, con éxito pese a la represión. En la década de los 60 y 70, los jalones fueron la protesta de Bandas de Etxabarri (Bilbo) en 1968, la de Michelín de Lasarte y la de Potasas en Iruñea. Un movimiento que se ahogó con la represión de Gasteiz del 3 de marzo de 1976, que deparó cinco muertos y otros tres en los actos posteriores de protesta.
A partir de los 80, en el Estado ha habido cinco huelgas generales contra reformas laborales o del sistema de pensiones. Las primeras fueron casi calcadas en Euskal Herria, pero con el paso de los años la «marca vasca» ha prevalecido y se ha formado una mayoría sindical con enfoque propio, más reivindicativa y que ha anticipado sus protestas en los escenarios más críticos.
Esta tendencia se agudiza ahora, tanto con la huelga general del pasado año como con la reciente protesta de funcionarios públicos y con la protesta próxima, que será justo tres meses antes en Euskal Herria que en el resto del Estado español.
Contra las reconversiones
Así, las reconversiones industriales del Gobierno del PSOE tuvieron la primera respuesta contundente en Euskal Herria, con las movilizaciones contra el cierre de los astilleros de Euskalduna a finales de 1984. En junio, el Gobierno había aprobado el llamado Decreto de Reconversión e Industrialización, avalado sólo por UGT en la parte sindical. En noviembre y diciembre la situación alcanzó una gran tensión, en coincidencia además con la muerte a tiros de Santi Brouard por la guerra sucia en su consulta (20 de noviembre de 1984). Se calcula que en una década en Euskal Herria se habían perdido el 30% de los empleos.
A nivel estatal, el primer gran paro no llegaría hasta el 20 de junio de 1985, contra la reforma de pensiones que, entre otras cosas aumentaba el periodo para el cálculo de la cuantía de la prestación desde los dos a los ocho años. CCOO se quedó sola en la convocatoria.
Unidad de acción ELA-LAB
La más recordada fue la del 14-D de 1988, que paralizó la actividad contra el plan de empleo juvenil que instauraba la figura del aprendiz. El Gobierno de Felipe González se quedó solo contra todo el sindicalismo. Con todo, la protesta fue mucho mayor en Euskal Herria, donde además se había reavivado el conflicto de Euskalduna tras una «prórroga» de tres años que derivó en el cierre final. Ya ese 14-D, las convocatorias fueron diferentes en el Estado y en Euskal Herria.
En el Estado, el lema fue «Juntos podemos» y tuvo un componente fuerte de rearme para UGT y CCOO, que habían perdido afiliación. En Euskal Herria, el lema se miraba menos el ombligo y apuntaba más al fondo: «Un trabajo digno para todos. Gazteen diskriminaziorik ez».
El 28 de mayo de 1992, UGT y CCOO hicieron media jornada de paro a nivel estatal por un decreto que recortaba las prestaciones de desempleo. En Euskal Herria fue unitaria y un día antes, el 27.
La cuarta huelga general de la era González se produjo el 27 de enero de 1994, cuando el Gobierno del PSOE ya languidecía. Para entonces ELA y LAB ya habían asentado una unidad de acción que era el germen de la actual mayoría sindical vasca. Lideraron la protesta en Euskal Herria, con un criterio propio, que añadía la reivindicación a las instituciones vascas de una política industrial de creación de empleo y la demanda de un marco de relaciones laborales vasco. Y tuvo continuidad con la manifestación del 19 de febrero de 1994 en Bilbo, que marcó un hito.
En esos años 90, los sindicatos vascos no sólo reivindicaron cuestiones laborales, sino que fueron punta de lanza en la demanda de un nuevo marco (tras el acto de Gernika en el que se escenificó el agotamiento del Estatuto en 1997). Hicieron protestas conjuntas como las de 1997 contra la condena impuesta a la Mesa Nacional de HB por el Tribunal Supremo español.
El 21 de mayo de 1999 hubo otra huelga general propia en Euskal Herria, convocada ya por ELA, LAB, ESK y STEE-EILAS en defensa del empleo y con la demanda de las 35 horas como banderín de enganche. Resultó masiva y arrastró a UGT y CCOO en la CAV, aunque no en Nafarroa, donde se desmarcaron.
De Aznar a Zapatero
Aznar sufrió una huelga general: el 20 de junio de 2002, contra su reforma laboral que afectaba a la protección por de- sempleo. Era la época de las vacas gordas y el PP no tuvo mayores problemas en el Estado, pero sí en Euskal Herria. Por ejemplo, ya el 15 de marzo de 1996 (unos días después de la victoria de Aznar), 5.000 delegados de ELA y LAB se concentraron en la Plaza Nueva de Bilbo y acusaron a UGT y CCOO de actuar con «inconfesables intereses e hipotecas» en temas como la formación continua.
La huelga de junio también tuvo perfil propio en Euskal Herria, y de hecho se realizó un día antes de la promovida por UGT y CCOO, práctica que ha sido recurrente ya en lo sucesivo. ELA y LAB la convocaron, eso sí, cada uno por su cuenta ya que las relaciones se habían enfriado.
Y así llegamos a la de mayo del año pasado, cuando la actual crisis económica ya estaba golpeando a la clase trabajadora, disparando las cifras de paro y mermando las condiciones de trabajo, para rechazar que las consecuencias de la crisis económicas la paguen los trabajadores. Esta huelga fue convocada sólo en Euskal Herria y no en el Estado español, lo que de alguna manera era inédito, y se anticipaba a las medidas más graves que se estaban preparando. En el resto del Estado español, el sindicalismo rechazaba que estuvieran en peligro derechos laborales y se mantenía el esquema del diálogo social.
En febrero, ELA y LAB, junto a ESK, STEE-EILAS, EHNE e Hiru presentaron de forma conjunta su propia propuesta para actuar ante la crisis con un decálogo de medidas.
Hacia la huelga del 29-J
Previamente a la próxima huelga general, los sindicatos vascos se movilizaron el pasado mes de marzo para reclamar un cambio en el modelo económico, contra los recortes de derechos y en defensa de las pensiones, ante los primeros amagos del Gobierno español para acometer medidas más duras, como la ampliación de la edad de jubilación. En el resto del Estado, y en Hego Euskal Herria, CCOO y UGT convocaron la movilización también unos días antes. Uno de los recortes que se ha llevado a cabo ha sido el salario de los empleados públicos, que también tuvo el mes pasado una diferente respuesta en Euskal Herria. El 25 de mayo se llevó a cabo una huelga en el sector público vasco, que fue completada con la movilización del el 12 de junio en defensa del Marco Vasco de Relaciones Laborales y de las prestaciones sociales, recordando el manifiesto de ELA y LAB de 16 años antes. De nuevo en el Estado español la convocatoria tuvo lugar en una fecha diferente y con sus convocantes aún sentados en la mesa de negociación.
En la próxima huelga también la respuesta será diferente. En Euskal Herria se convoca de forma inmediata al anuncio de la reforma laboral, mientras que en el Estado español se espera tres meses, al paso de las vacaciones.
Pero por encima de las fechas, la diferencia estriba en que una de las huelgas se lleva con una trayectoria de sindicalismo de confrontación y movilización que en el Estado español ha estado ausente durante muchos años. De hecho, la necesidad de que la respuesta sea contundente ha arrastrado a CCOO-Euskadi, USO y CGT a la jornada del próximo 29 de junio, aunque el primero la califique de convocatoria separada.