ASTEA MUNDUAN
Dense prisa, que el tiempo corre a favor del talibán
Dabid LAZKANOITURBURU
Periodista
Hace un mes escaso, informes de prensa se hacían eco de unas declaraciones del mulah Omar en las que el principal líder talibán aseguraría que su objetivo no es ya la reconquista del poder sino simplemente la expulsión de las fuerzas extranjeras de Afganistán. Siempre según esas versiones, el movimiento de los estudiantes del Corán habría aprendido de sus errores al frente del poder en Kabul (1996-2001) -que atribuye a su inexperiencia en estas lides- y estaría dispuesto a aceptar la formación de un gobierno nacional afgano sin ingerencias foráneas.
No es fácil discernir entre el grano y la paja, entre la información y la manipulación -de uno u otro lado-, en el actual cenagal afgano.
Pero los hechos asoman en toda su crudeza. La reciente operación aliada en el distrito de Marjah (provincia de Helmand) se revela ahora como lo que fue. Pura propaganda ocupante.
A ese avance le iba a seguir la última ofensiva sobre la irreductible provincia de Kandahar, el gran bastión de este movimiento islamista rigorista en su versión nacionalista afgana. Otro fiasco.
Ya hay más soldados extranjeros en Afganistán que en Irak y sus bajas mortales en menos de medio año rondan los 300 féretros.
Mientras, EEUU y su gobierno títere tratan de ganar tiempo organizando jirgas (asambleas tribales) en nombre de la paz que los talibán revientan a mortero limpio.
Más vale que se den prisa porque el reloj lo tienen -siempre lo han tenido- los afganos. Nunca tienen prisa y no les importa esperar. Porque, y la historia les da la razón, siempre acaban viendo pasar el cadáver del ocupante delante de su casa.