Trichet reconoce que el rescate público fue vital para los bancos
El presidente del BCE, Jean Claude Trichet, advirtió ayer a los bancos europeos de que sin el rescate con dinero público «habrían desaparecido todos» y criticó que vuelvan a actuar como antes de la crisis en cuanto a bonificaciones y beneficios a corto plazo. Además, defendió la decisión del BCE de adquirir deuda pública de estados de la UE con problemas.GARA |
El presidente del Banco Central Europeo (BCE), el francés Jean-Claude Trichet, ha criticado con suma dureza a los institutos bancarios por su comportamiento tras la crisis financiera, así como a los gobiernos europeos por su reacción ante medidas de la entidad que preside.
«Habrían desaparecido todos si no los hubiéramos rescatado. Lo tuvimos ante los ojos», afirma Trichet en referencia a los bancos europeos, en unas declaraciones adelantadas ayer por el dominical alemán «Welt am Sonntag», y recogidas por Efe.
En ellas, subraya su incomprensión ante el hecho de que muchos ejecutivos crean que pueden actuar como antes de la ruina de Lehman en otoño de 2008.
El presidente del BCE critica especialmente los excesivos salarios, bonificaciones y beneficios alcanzados a corto plazo sin relación con la economía real, que «no concuerdan con nuestros valores democráticos fundamentales», pese a la ausencia de medidas comunitarias para poner freno a dichas prácticas, en contraste con la rapidez en acometer recortes sociales.
Asimismo, Trichet defiende la decisión del BCE, fuertemente criticada por Alemania, de adquirir a partir del 9 de mayo pasado deuda pública de países en crisis como Grecia, Portugal o Irlanda.
«La situación era demasiado dramática. Europa era en ese momento el epicentro de la crisis», explica Trichet a los reporteros del rotativo dominical que le acompañaron en su trabajo a lo largo de varias jornadas.
Trichet considera que los gobiernos alemán y francés tienen una apreciable responsabilidad en la crisis financiera de los Estados, que, explica, se inició hace seis años cuando el Estado francés y Alemania violaron el Pacto de Estabilidad y Crecimiento. «Me hubiese gustado que la opinión pública alemana hubiese reaccionado con la misma indignación ante la ruptura del Pacto de Estabilidad en 2004 como ante nuestra decisión de comprar deuda pública. Los gobiernos fueron extremadamente poco fiables durante meses y años», señala finalmente Trichet en el artículo
Reticencias bancarias
Pese a que las ayudas públicas resultaron vitales para la supervivencia de los bancos europeos, algunos ya han rechazado hacerse cargo de las aportaciones a un fondo para financiar futuros rescates, en lugar de que recaigan de nuevo sobre el dinero público.
Así, el presidente del Banco Santander, Emilio Botín, mostró el jueves su rechazo a la tasa bancaria que pretende imponer la Unión Europea (UE) para evitar que a futuro las crisis financieras recaigan en el bolsillo del contribuyente y confía en que finalmente no se imponga.
Botín ha indicado que dicha tasa, que respaldan todos los países miembros de la UE, le parece «muy mal porque el Banco Santander y otros bancos lo han hecho bien y no han tenido necesidad de ayuda pública».
Dijo no entender «por qué tenemos que pagar o que se nos impongan impuestos especiales habiéndolo hecho bien», por lo que expresó su convencimiento de que «no nos lo pongan».
En contraste con la falta de regulación y de control sobre la actividad de la banca, Trichet se mostró crítico con los excesivos salarios de los altos ejecutivos y con los beneficios a corto plazo que persiguen las entidades financieras.
La canciller alemana, Angela Merkel, rechazó ayer las exigencias de su propio partido, la Unión Cristianodemócrata (CDU), para realizar cambios o correcciones en el plan de ahorro presupuestario de 80.000 millones de euros hasta 2014. Durante una reunión con los jefes de las distintas circunscripciones de la CDU en Alemania, la canciller afirmó que las medidas acordadas con sus socios de coalición -cristianosociales bávaros (CSU) y liberales (FDP)- son equilibradas socialmente y exigió de sus correligionarios su aplicación urgente. La jefa del gobierno germano rechazó un mayor recorte de las subvenciones o su extensión a sectores como el del carbón, así como la eliminación de la exención tributaria para los pluses salariales por los domingos y festivos trabajados. Asimismo expresó su apoyo a su ministro de Sanidad, el liberal Philipp Rössler, en sus esfuerzos por llevar a cabo la reforma del sistema sanitario, una de las cuestiones que más polémica ha causado en el seno de la propia coalición. GARA