Durante los tres últimos años 2009, 2008 y 2007, los empresarios de Hego Euskal Herria han despedido en total a 126.570 trabajadores. Sólo un 16% de los mismos se fue a la calle por la vía de la conciliación, previa a la vía judicial. La pérdida de empleo indefinido, en su mayor parte, en tan sólo tres años supone el 10,64% de la población ocupada vasca. Si se comparan los despidos de 2009, que se cebaron sobre 54.436 trabajadores, con los de 2007, que alcanzaron a 30.400 trabajadores, el incremento ha sido del 79,06% en sólo tres años. Demuestra la facilidad que tienen los empresarios para destruir puestos de trabajo.

Hay que tener en cuenta, por otro lado, que en este último trienio analizado, se han realizado 247.080 contratos de trabajo menos entre 2007 y 2009, a pesar de que nueve contratos sobre diez son de carácter temporal. En ese plazo, además, se firmaron 37.014 contratos fijos menos. El impacto en el mercado de trabajo ha sido muy elevado y los índices de desempleo en Hego Euskal Herria han retrocedido a los niveles de 1998, según los datos oficiales. También queda claro que los costes de despido se han reducido en cada reforma laboral desde 1994. A partir de este momento, echar a la calle a un trabajador será más fácil y menos costoso para los empresarios, y cambiar mano de obra con cierta antigüedad por mano de obra de jóvenes trabajadores será un paso fácil para los empresarios.

Alta flexibilidad laboral

La conclusión a la que se llega del análisis del mercado laboral durante los últimos años es que es bastante flexible y los empresarios se aprovechan de esa situación por lo que la nueva reforma laboral del Gobierno español, presidido por José Luis Rodríguez Zapatero, les beneficiará más, ya que facilita y abaratará el despido, pero, sobre todo, hace que ni los trabajadores precarios ni quienes cuentan con contratos fijos tengan vías aseguradas para garantizar su futuro en el mercado laboral ni las indemnizaciones adecuadas, como manifiesta la mayoría sindical vasca ELA, LAB, ESK, STEE-EILAS, EHNE e Hiru en su llamamiento a la huelga general del 29 de junio. De hecho, el coste del despido comenzó a reducirse de forma ostensible en la reforma de 1994, «cuando se dio la posibilidad a las empresas de limitar el pago de los salarios de tramitación al período que va desde la fecha del despido a la del acto de conciliación administrativa, depositándolos en el Juzgado de lo Social en las 48 horas siguientes a la comparecencia en el servicio de conciliación administrativa», como indica la profesora de la UPV-EHU, Isabel Otxoa.

Porque la nueva reforma laboral avanza en la reivindicación de los empresarios de llevar al máximo la opción de la flexibilidad laboral, para que en el momento oportuno se pueda deshacer de una parte de la plantilla sin el menor problema. La destrucción de empleo en estos tres últimos años en Hego Euskal Herria ha sido «muy elevada» y demuestra la «facilidad» con que los empresarios pueden deshacerse de contratos temporales y, también, de los contratos fijos, por lo que desde la mayoría sindical se reclama que se retire la reforma laboral.

Las centrales sindicales coinciden en señalar que esa mejora para los empresarios llegará por tres vías. La primera «porque transforma despidos que hasta ahora eran improcedentes en procedentes». El despido objetivo procedente supone una indemnización de 20 días por año, con un tope de 12 mensualidades y, por otro lado, el despido improcedente, es decir el que no está justificado, «es libre -según señala ELA-, pero no es gratuito»; el empresario debe de abonar una indemnización al trabajador por 45 días por año con un tope de 42 mensualidades.

Con la reforma más agresiva y dura, el Gobierno español «amplía la vía para que los despidos sean considerados objetivos. La redacción abre las posibilidades tanto para el despido por causas económicas como para los despidos por causas técnicas, organizativas o productivas». Rodríguez Zapatero permite, además, a los empresarios que no tengan obligaciones excesivas para que acrediten esas causas, por lo que «será suficiente justificar que se deduce mínimamente la razonabilidad de la decisión extintiva», precisa ELA.

Abaratamiento del despido

Otro elemento que destaca la mayoría sindical vasca es que «el preaviso del despido objetivo pasa de ser de 30 días a 15 días». El tercer elemento que asume es que se extiende el contrato de fomento de la contratación indefinida, lo que genera que se realicen menos contratos indefinidos ordinarios.

«A partir de ahora el contrato fijo será este tipo, que reduce las indemnizaciones por despido de 45 días por año y con un tope de 24 meses, frente a las 42 del contrato indefinido ordinario». Las empresas obtendrá bonificaciones y ayudas de hasta ocho días de indemnización desde los fondos públicos del Fondo de Garantía Salarial (Fogasa). Es un abaratamiento directo del despido, porque, en realidad, -como explica ELA, en este caso- «las nuevas indemnizaciones que pagarán las empresas a la hora de despedir a quienes a partir de ahora se contrate de forma indefinida serán de 12 días en los despidos objetivos, que se facilitarán».

Junto a esta ayuda directa a los empresarios para despedir, se constituirá un Fondo de Capitalización para los Trabajadores «sin coste para las empresas». En principio, los mecanismos reguladores de este fondo no están desarrollados, pero servirá para aliviar la carga económica que supondría para las empresas el coste de las indemnizaciones del despido.

«Despidos express»

Un informe firmado por Miguel Angel Malo Ocaña, de la Universidad de Salamanca, y Luis Toharia Cortés, de la Universidad de Alcalá, de la reforma de los despidos de 2002 (ley 45/2002), que realizó el Gobierno español, presidido por José María Aznar, reconoce que el 71,2% de los mismos se produce por esta vía, que «no obliga al empresario a pagar los salarios de tramitación» y que «permite la destrucción rápida de empleo».