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Arregi insiste en la «rigurosidad» de lo expresado en su misiva

El teólogo Joxe Arregi se reafirma en el contenido de la carta pública que envió a varios medios de comunicación, entre ellos GARA, y donde alertó de las presiones del obispo de Donostia, José Ignacio Munilla, para que sus superiores de Arantzazu le desterrasen a América. «Todos los hechos mencionados en mi escrito son rigurosamente ciertos, y cada una de las palabras entrecomilladas las pronunció Munilla ante el provincial y el vicario», aclaró el franciscano.
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Agustín GOIKOETXEA |

La carta abierta de Joxe Arregi no ha dejado a nadie indiferente. Su denuncia de que el obispo de Donostia, José Ignacio Munilla, persigue su destierro al otro lado del Atlántico fue contestada por el propio prelado a través de un escueto comunicado de prensa. En él, descalificaba la misiva del franciscano, diciendo de ella que contenía «graves falsedades» y «numerosas deformaciones».

Arregi no está dispuesto a que se le tache de mentiroso. «Todos los hechos mencionados en mi escrito son rigurosamente ciertos, y cada una de las palabras entrecomilladas las pronunció Munilla ante el provincial y el vicario el día 7 de mayo por la tarde», desvela el teólogo progresista a este diario.

Juan Telesforo Zuriarrain, el provincial de Arantzazu, y José Mari Arregi, vicario y provincial hasta hace un año, fueron quienes escucharon una de las frases más repetidas del mensaje del teólogo que pone en boca del prelado ultraconservador donostiarra: «Joxe Arregi es agua sucia que contamina a todos, a los de fuera de la Iglesia al igual que a los de dentro».

Ante la polvareda que las acusaciones del también profesor de la Universidad de Deusto originaron el viernes y el sábado pasado, el Consejo de la Provincia Franciscana de Arantzazu emitió el domingo un escueto comunicado en el que aboga, como lo hizo el viernes el Obispado donostiarra, porque el asunto no sea tratado ante la opinión pública. «Los Franciscanos deseamos y pedimos que el proceso de diálogo iniciado hace tiempo con Joxe Arregi y retomado en los últimos días debe desarrollarse dentro de los ámbitos internos de la Orden y de la Iglesia. Lamentamos que unilateralmente se haya roto la privacidad y confidencialidad de un proceso de conversaciones no acabadas», aclaran desde el Consejo. La reflexión va en la línea de la de la diócesis: «la comunicación entre un obispo y un sacerdote tiene lugar en el fuero interno de la Iglesia».

El propio teólogo, crítico con la deriva neoconservadora de la Iglesia, ha confesado que los contactos con Munilla no son de hace escasas semanas, comenzaron en febrero y consistieron en dos encuentros, que se prolongaron durante algo más de dos horas y media, en los que se pasó de un simple intercambio de pareceres a «interrogatorios». «El obispo me atribuye numerosos errores y herejías teológicas. He mantenido con él varias conversaciones que en realidad han sido severos interrogatorios con el Catecismo de la Iglesia Católica en mano», manifestó Arregi en la carta bajo el epígrafe ``Pido la palabra''.

Distorsión de las palabras

«Sabemos que con frecuencia una expresión sacada de su contexto se distorsiona en su significado y adquiere -resalta el Consejo Franciscano- muchas veces proporciones distintas a las reales. Lamentamos que también en este caso haya ocurrido así».

En su nota, las autoridades de Arantzazu manifiestan que harán «todo lo posible para que el conflicto se resuelva del mejor modo, dentro de los cauces normales de una institución, con el mayor respeto a la persona y a la misma institución».

En las reflexiones que Arregi ha ido expresando apunta a que el destierro a América no es una solución, ya que gracias al desarrollo de los medios de comunicación su mensaje llegará lo haga desde Arantzazu o al otro lado del océano. «Tendría que ir a alguna isla deshabitada. Eso podría ser maravilloso, pero no, no será así», apostilló.

El destierro

El teólogo franciscano ha aclarado que el destierro a América no será una solución para acallar su mensaje. «Tendría que ir a alguna isla deshabitada. Eso podría ser maravilloso, pero no, no será así», declaró Joxe Arregi.

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