España respira más tranquila. La lógica sí imperó en esta ocasión y el equipo de Vicente del Bosque se hizo con una victoria que le permite depender de sí mismo en la última jornada, en la que incluso puede alcanzar el primer puesto del grupo.

Los rojigualdos, con todo, no pudieron redondear el objetivo con el que saltaron al césped del Ellis Park. Teniendo en cuenta que en la última jornada, el emparejamiento es, siempre en teoría -y en la práctica, por lo visto hasta ahora-, más favorable para Suiza, el equipo español quería cubrirse las espaldas con un resultado contundente. Que pudo llegar, porque las ocasiones se sucedieron en la portería de Valladares. Pero entre que Fernando Torres no está fino todavía y que David Villa erró bastantes más goles -penalti incluido- de los que anotó, el equipo de Del Bosque tuvo que conformarse con el 2-0.

Lo cierto es que, pese a un par de sustos para Iker Casillas en los primeros minutos, Honduras se vio siempre muy inferior. Y eso que España sigue sin ser la que ganó la Eurocopa. Pero el equipo de Reinaldo Rueda se encuentra en el pelotón de cola de este Mundial, con lo que a su rival no le costó demasiado mantener el balón, de manera casi permanente, en las inmediaciones del área centroamericana.

Espita en forma de gol

El principal problema de los españoles pasaba por su propia ansiedad, con lo que la clave del partido pasaba, probablemente, por los minutos que necesitara para batir a Valladares y liberarse. No fueron demasiados. Al cuarto de hora, y cuando ya había avisado con un chutazo al laguero, Villa culminaba una jugada personal con un magnífico tanto. Pero aunque, efectivamente, el tanto sentó bien en las huestes rojigualdas, no afinó la puntería de sus delanteros, con lo que Honduras llegó al descanso con la esperanza de ahondar en la herida rival intacta.

Desapareció en cuanto se reanudó el choque, al empalmar Villa un balón desde la frontal del área para anotar el 2-0. El propio delantero asturiano tuvo, poco después, la posibilidad de convertir definitivamente en un paseíllo de los suyos, gracias al claro penalti de Izaguirre sobre Navas. Pero lanzó fuera, con lo que la última media hora de partido se consumió con los españoles debatiéndose entre matar el choque a la contra y defenderse de una improbable acometida hondureña.