Los ajustes presupuestarios se están traduciendo en recortes sobre todo de servicios sanitarios públicos en Araba, Bizkaia, Gipuzkoa y Nafarroa. Este pasado fin de semana ha sido el primero en que se restringía el número de ambulatorios abiertos los sábados en Osakidetza, una medida que ya impera hace un par de meses en Nafarroa. El malestar social creciente ha tomado cuerpo en este herrialde en un manifiesto presentado ayer y promovido por profesionales del sector «en defensa del sistema sanitario público».

El texto analiza la situación y las causas de la degradación de los servicios. Servirá para recopilar firmas que serán entregadas luego a los gestores del Departamento de Salud y de Osaki- detza. Incide en cuestiones que se intentan camuflar oficialmente, como el desvío paralelo de servicios al ámbito privado. En la presentación del texto se recuerda que en una jornada celebrada el pasado 17 de junio fue la propia consejera, María Kutz, la que admitió «su apuesta por aumentar el papel de las empresas privadas en la prestación de los servicios sanitarios».

«Está claro que a los actuales gestores les son indiferentes cuestiones como los derechos básicos de los usuarios, la participación de la comunidad, los programas de promoción de la salud, la equidad en el acceso, la calidad de los servicios, etcétera», indican los impulsores, que creen necesaria una respuesta social ante «estos agentes delegados de las multinacionales sanitarias, de la industria farmacéutica, de la electromedicina o de la Corporación Opus Dei».

En este contexto, el Gobierno de UPN y su socio del PSN dieron muestras de incomodidad al anunciar ayer que destinarán a Salud y Asuntos Sociales una reserva de gasto presupuestario de 100 millones de euros que mantenían en stand by.

Precisan que la emplearán en aumentar las partidas de atención a la dependencia, el gasto farmacéutico o las dotaciones para personal.

El Ejecutivo de Lakua también decidió emitir una nota aclaratoria sobre el primer fin de semana de la llamada «nueva organización asistencial», en que se redujo el número de centros abiertos.

El Departamento de Sanidad admitió que hubo algunos problemas de afluencia de pacientes en Ezkerraldea o Enkarterriak, pero que en general no se produjeron grandes quejas. En cualquier caso, prometió que hará un seguimiento del nuevo sistema para evaluar el servicio. E indicó que han aumentado otros servicios como enfermería a domicilio en Bizkaia.