Minsk dice haber saldado la deuda y amenaza con cerrar el grifo si Moscú no paga la suya
Bielorrusia anunció ayer que ha abonado la totalidad de los 153 millones de euros que adeudaba al gigante ruso Gazprom por el gas recibido entre enero y abril y mantuvo su amenaza de interrumpir el flujo si la compañía no abona la deuda por los derechos de tránsito.
GARA
El viceprimer ministro bielorruso, Vladimir Semashko, anunció ayer que su país ha pagado de manera íntegra su deuda a Gazprom por los suministros de gas y exigió al consorcio ruso que abone a Bielorrusia lo que adeuda por el tránsito del carburante que exporta a Europa.
«Hemos pedido prestado 200 millones de dólares (163,6 millones de euros) y hoy -por ayer- a las 16.00 horas (15.00 en Euskal Herria) hemos transferido a Gazprom 187 millones de dólares (153 millones de euros) para el pago de la deuda», señaló Semashko, según informó desde Minsk la agencia rusa Interfax.
Resaltó que ahora Bielorrusia tiene «todo el derecho de exigir a Gazprom el pago de los 260 millones de dólares (unos 213 millones de euros) que adeuda por concepto de tránsito antes de las 10.00 horas (09.00 en Euskal Herria) del 24 de junio», y añadió: «si esto no ocurre, nos veremos obligados a cerrar el tránsito».
El martes, el presidente bielorruso, Aleksander Lukashenko, anunció haber ordenado la interrupción del suministro después de que Gazprom hubiera reducido progresivamente sus entregas al país en un 30% desde el lunes, aunque todavía ayer no se habían constatado problemas en el tránsito. Ayer, la reducción había llegado al 60% y Gazprom se mostraba dispuesto a llegar hasta el 85% en caso de que no se llegara a un acuerdo.
Gazprom reconoció que tiene con Bielorrusia una deuda por el tránsito a Europa comparable a la del país vecino, pero sostuvo, según informó Efe, que no puede abonarla porque el Gobierno de Minsk no la formaliza, y asegura que ese pago no supone ningún problema.
Antes de iniciar el recorte del suministro, rechazó las propuestas de Bielorrusia para anular mutuamente las deudas y de cubrir su endeudamiento con equipos y mercancías.
La nueva guerra del gas, en este caso entre Minsk y Moscú, afectó al suministro de este carburante a Lituania y al enclave ruso de Kaliningrado a través de Bielorrusia, que se vio reducido en un 40%. El Ejecutivo lituano no descartó tener que recurrir a suministros a través de Letonia desde la medianoche de ayer.
El primer ministro, Vladimir Putin, advirtió de que Gazprom tiene capacidades técnicas para utilizar rutas alternativas a la bielorrusa, en particular a través de Ucrania. Lo mismo había adelantado el martes el portavoz del consorcio gasístico, Sergei Kuprianov, pero aunque la compañía insiste en que se garantizarán las entregas a sus clientes, Lituania y Kaliningrado ya han empezado a sufrir sus consecuencias.
Relaciones complicadas
Analistas consultados por AFP consideran que las recriminaciones mutuas por impago ocultan otras cuestiones vinculadas a las relaciones bilaterales y al proyecto de unión aduanera que impulsa Moscú, un proyecto de espacio económico común entre Rusia, Kazajistán y Bielorrusia respecto al que Minsk ha amenazado con dar marcha atrás.
Añaden, además, que la personalidad de Lukashenko «complica las cosas», porque es «muy ambicioso, no soporta las críticas ni evita los conflictos; está preparado para la confrontación y no para los compromisos». Asimismo, estiman que el presidente bielorruso también ha alimentado la ira de Moscú al acoger en su país al mandatario de Kirguistán, Kurmanbek Bakiyev, depuesto tras la revuelta sangrienta de abril.
Chris Weafer, analista del banco Uralsib, dice que el origen del conflicto está en la intención de Moscú de dejar de subvencionar a medio plazo el gas que vende a Minsk. Y Bielorrusia, económicamente muy dependiente de Rusia, pide más plazo.
El presidente ruso, Dmitri Medvedev, que inició un viaje a California para estrechar lazos en materia de tecnología e innovación con este estado, visitó ayer Silicon Valley, en cuya experiencia cree que debe basarse Rusia para avanzar en su modernización económica e industrial.
Medvedev quiso conocer en persona la zona, donde se entrevistó con directivos de compañías tecnológicas, ya que pretende crear en Skolkovo, a las afueras de Moscú, un centro de tecnologías e innovación a imagen y semejanza de Silicon Valley.
Hoy será recibido en Washington por su homólogo, Barack Obama. GARA
El comisario europeo de Energía, Günther Oettinger, advirtió a los líderes de Rusia y Bielorrusia de que Europa «no debe ser rehén» en el conflicto del gas. Añadió que la reducción del 40% del suministro a Lituania constituye «un ataque contra toda la Unión Europea».
«El suministro de gas, las deudas, las disputas sobre la unión aduanera o Bakiyev: todo esto es secundario. En realidad, los líderes de Rusia y Bielorrusia no acaban de entenderse del todo», aseguraba ayer el diario económico ruso «Vedomosti».