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ANÁLISIS | OCUPACIÓN SIONISTA DE PALESTINA

Cambiar algo para que lo fundamental permanezca igual

El comité de investigación no podrá interrogar a los militares que participaron en el asalto a la flotilla. Tampoco podrá obligar a testigos a comparecer ni demandar responsabilidades personales a los involucrados.

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Sergio YAHNI Director de Alternative Information Center (AIC)

El autor destaca que tras el ataque a la flotilla que se dirigía a Gaza, Israel ha puesto en marcha una comisión de investigación únicamente para cubrir las apariencias ante la comunidad internacional, pero sin ninguna intención de descubrir qué es lo que realmente sucedió

Tras el asalto a la Flotilla de la Libertad, la cúpula política en Israel comienza a tomar conciencia del precio que el país deberá pagar por el bloqueo a la Franja de Gaza y la parálisis en el proceso de paz.

La prensa israelí informa de que el presidente de Israel, Simon Peres, está preocupado por el deterioro de la imagen del país en la opinión pública internacional. Un artículo publicado por el matutino «Maariv» el 15 de junio aclara que el mayor miedo del presidente es que las iniciativas populares de boicot, desinversiones y sanciones se transformen en políticas de estado, especialmente en el norte de Europa.

Simon Peres, asume que el nivel de hostilidad de la opinión pública internacional y su capacidad de influenciar políticas gubernamentales están relacionadas no a hechos concretos sino a la cuestión de si las negociaciones de paz persisten o si estas están agotadas.

Tal como los describe el analista Adam Reuter, en el periódico «The Marker» el 15 de junio: «el proceso de paz es como una bicicleta, si se deja de pedalear se cae. No se trata de llegar a ningún lugar, sino de seguir pedaleando».

Esta perspectiva es compartida por el ministro de Defensa, Ehud Barak, quien ha declarado en una reunión del Gabinete de Seguridad del Gobierno que, para salir de su aislamiento internacional, Israel precisa presentar una iniciativa audaz de paz.

«No tenemos manera alguna de reconstruir nuestras relaciones con el Gobierno norteamericano sin presentar un proyecto político asertivo que trate sobre las cuestiones en el núcleo de un acuerdo permanente con los palestinos», declaro el titular de Defensa en una reunión del Gabinete de Seguridad del Ejecutivo sionista.

El Gabinete también ha anunciado su intención de cambiar la metodología de bloqueo de la Franja de Gaza.

En un comunicado emitido por la Oficina del Primer Ministro, se declaró que se permitirá a bienes civiles que hasta el momento estaban vedados puedan entrar en la Franja de Gaza. El comunicado menciona que habrá una «expansión controlada de los materiales que entraran para el servicio de proyectos civiles», aludiendo a la posibilidad de permitir la entrada de materiales de construcción no permitidos hasta la fecha.

El Gobierno de Hamas en la Franja de Gaza, ha declarado que el gesto se trata de un engaño y que el bloqueo a este territorio se mantiene.

Por ejemplo, la decisión del Gabinete no incluye permitir a la Franja de Gaza exportar productos producidos ahí, ni que se ponga fin al bloqueo naval.

Organizaciones internacionales de desarrollo y defensoras de los derechos humanos tales como Oxfam y el Comité Internacional de la Cruz Roja apoyan esta crítica.

«Israel ha permitido que un número cada vez mayor de productos alimenticios como el cilantro, mermelada, galletas y otros dulces entren a la Franja de Gaza. Aunque esto es ciertamente bienvenido, Gaza necesita sobre todo puestos de trabajo, materias primas para la reconstrucción y para la industria, y la capacidad de exportación, no solamente ayuda a corto plazo y productos de consumo como mermelada que, sin trabajo, nadie puede darse el lujo de comprarlos», dijo el director ejecutivo de Oxfam Internacional, Jeremy Hobbs.

Israel también ha cedido a la demanda norteamericana de establecer un comité israelí con observadores internacionales que hasta el momento se había negado aceptar. El comité estaría formado por el ex ministro del juzgado superior de justicia, Yaakov Tirkel, de 75 años; Amos Horev, de 86 años; y Shabtai Rozen de 93 años.

Este comité no podrá interrogar a los militares que participaron en el asalto a la flotilla. El comité tampoco podrá obligar a testigos a comparecer, ni demandar responsabilidades personales a aquellos involucrados en la toma de decisiones o transferir la información que haya conseguido en su investigación a las autoridades policiales.

Dos observadores internacionales estarán presentes en las indagaciones. El barón William David Trimble, conocido conservador del Norte de Irlanda y quien fue el primer primer ministro tras los acuerdos de paz representando al Partido Unionista de Ulster.

Trimble es también amigo personal de Simon Peres, y sus conocidos lo describen como un «amigo de Israel que no dudó en defenderla en foros internacionales».

El segundo observador es el brigadier canadiense Kenneth Watkin, quien fue hasta este año la mayor figura judicial en las fuerzas armadas de su país.

Este comité de investigación fue criticado ya dentro de Israel, donde el periodista Nahum Barnea, de «Yediot Aharonot», ha escrito que no se puede negar que el Gobierno tenga «un excelente sentido del humor», y en ámbitos internacionales. Mientras el Gobierno turco declara que no cree que el este comité pudiera ser imparcial, la oficina de Ban Ki-moon, el secretario general de las Naciones Unidas, afirmó el lunes 14 de junio que la propuesta de un comité internacional sigue sobre la mesa.

Se trata de seguir dándole al pedal para que la bicicleta no caiga. Junto al supuesto cambio de políticas del bloqueo de la Franja de Gaza y a las nuevas iniciativas de paz este comité forma parte de una contraofensiva israelí.

No se trata de investigar seriamente lo que ha pasado durante el asalto a la Flotilla, ni de relajar el bloqueo a la Franja de Gaza, tampoco de hacer una propuesta seria con respecto al futuro del proceso de paz, sino de dar excusas a los gobiernos occidentales para que éstos no respondan a las propuestas populares de demandar responsabilidades.

Se trata, fundamentalmente, de hacer algunos cambios para que todo siga igual.

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