No es la primera vez y seguro que tampoco la última en la que Italia las pasa canutas hasta el último partido de la primera fase. En esa tesitura, los transalpinos se mueven como pez en el agua, siempre rozando la eliminación, pero al final ingeniándoselas para superar una tras otra las diferentes rondas que se le presentan.

Sudáfrica no iba a ser una excepción y Marcello Lippi, que de esto sabe un rato, ya advirtió de que esto no es como empieza... Hace cuatro años dirigía los destinos de la azzurra con parecidas cifras y de todos es conocido cómo finalizó el torneo.

No siempre suena la flauta, pero parece que en esta ocasión, la escuadra italiana, que practica mucho mejor fútbol que en Alemania 2006, también va a superar el escollo de la primera fase rozando la campana, pues Eslovaquia parece no haberse repuesto del mazazo que les supuso a los centroeuropeos el que Nueva Zelanda les empatara en el último segundo del primer partido.

Pero para ello los actuales campeones del mundo necesitan vencer o empatar -esta segunda opción siempre y cuando gane Paraguay-, aunque su intención es salir desde el principio a por el partido. Con esa idea, Lippi ensa- yó con un tercer delantero, Pazzini, que acompañe a Gilardino y Iaquinta.

Bastante más embocada tiene su clasificación Paraguay, el combinado más sólido de este grupo, al que sólo le queda el último obstáculo de Nueva Zelanda. Los «kiwis» ya han hecho el mejor Mundial de su historia, aunque no renunciarán a la campanada, caso de que consigan un triunfo, que les podría dar, en función de los goles, hasta la primera plaza.

Sin embargo, la consistencia paraguaya mostrada hasta ahora da a los sudamericanos la condición de favoritos, que superarían por cuarta vez en su historia la primera fase.