Más de un centenar de personas lograron colocar dos txosnas junto a la plaza del Ayuntamiento instantes antes de que comenzaran las fiestas de Barañain. Los jóvenes respondían así al órdago del Consistorio que pretendía trasladarlas a las afueras del pueblo, a un lugar que, según los distintos colectivos populares, no reunía las condiciones necesarias. A última hora de ayer, seguían en pie.

Centenares de personas arroparon a los jóvenes durante el montaje, lo que evitó una posible carga policial. Una decena de agentes de la Policía Municipal y Foral vigilaron atentamente el montaje, pero sin tratar de impedirlo. La coordinación funcionó como un reloj. Los jóvenes se habían dado cita pasadas las 18.00 y a las 19.00, durante el estallido del txupinazo, una de las casetas festivas ya estaba abierta y, a la segunda, sólo le faltaba el tejado.

El respaldo al montaje, animado con txistus y tambores, fue multitudinario. De hecho, había tal cantidad de gente observando la acción -todos con el reivindicativo pañuelo verde- que la expectación compitió por momentos con quienes, apenas a unos cien metros, atendían al balcón del Ayuntamiento.

Apenas se vivieron unos instantes de tensión cuando los agentes bloquearon la entrada del edificio desde donde se estaban sacando las bebidas. Los agentes entraron de forma agresiva en el local, en el cual ensaya el grupo de danzas Harizti. No tenían orden de registro y, tras permanecer apostados durante horas, finalmente desistieron. Como protesta, los congregados se limitaron a exhibir carteles con lemas como «Mendive Recapacita», en referencia al alcalde, José Antonio Mendive, de UPN.

Pese al éxito de la iniciativa, la plataforma Festa Batzorde tendió la mano al Ayuntamiento. Mientras los concejales lanzaban la salva de cohetes posteriores al txupinazo, dos jóvenes se colocaron en la plaza con una enorme pancarta que rezaba: «Sólo queremos disfrutar de las fiestas. Estamos abiertos a negociar un espacio digno para las txosnas. Te esperamos para la solución».

Sin embargo, el Consistorio parece poco proclive a abrir un diálogo con los jóvenes del pueblo. Ayer por la mañana, una delegación de la comisión de fiestas intentó dialogar con el alcalde, pero éste se negó a recibirles. Acabaron por entrevistarse con el jefe de la Policía Municipal, que les dejó un mensaje claro: el programa de fiestas alternativo sólo sería «admitido» si no se montaban las txosnas. Este intento de contacto se produjo al mediodía, después de que los policías obligaran a retirar unas fotografías del Día de Barañain que los jóvenes habían colocado en tenderetes en la plaza del Ayuntamiento.

En un comunicado, la comisión de fiestas anunció que continuará con su programa, aunque varias de las actividades se llevarán al espacio de las txosnas. Por contra, si obligan a desmontarlas, habrá cacerolada.