El Tribunal Supremo de EEUU vetó el lunes la posibilidad de que los estados federales limiten o prohíban a los ciudadanos poseer armas de fuego, incluidas pistolas, un derecho consagrado en la Segunda Enmienda de la Constitución. Así, determinó que el derecho a portar armas debe ser respetado plenamente por todos los estados y ciudades, en una resolución considerada histórica.

El fallo extiende a todo el país el derecho de portar armas como una garantía fundamental, declarando inconstitucional la prohibición de llevar armas cortas implantada por Chicago y Oak Park (Illinois) hace 28 años.

No obstante, el Supremo no anuló formalmente la ley, una de las más estrictas en el país, y ordenó a una corte federal de apelaciones que revise su decisión anterior. A pesar de ello, no hay apenas dudas de que la ley será finalmente derogada por decisión judicial.

La decisión del Tribunal Supremo ha supuesto un duro golpe para quienes buscan un mayor control de las armas en el país, que criticaron la resolución y recordaron que las estadística muestran una media anual de 30.000 muertes (incluidos 12.000 asesinatos) por disparos de armas de fuego en EEUU, donde se estima que unos 90 millones de estadounidenses tienen alrededor de 200 millones de armas. Además, consideraron que el fallo es una victoria sólo para el lobby y la industria de las armas de fuego en EEUU.

Así, la Asociación Nacional del Rifle saludó la decisión, que consideró «una reivindicación para la gran mayoría de ciudadanos que siempre han creído que la Segunda Enmienda es un derecho individual y una libertad que merece ser defendida».