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Jazz del siglo XXI

 


RAHSAAN

Muchos le consideran uno de los mejores trompetas y compositores de su generación y ayer lo pudo demostrar con su participación en Getxo. Lo hizo con su quinteto habitual. La única novedad la constituyó el piano de Caine que sustituyó al fender rhodes que ha utilizado en las grabaciones del grupo. Abierto a todo tipo de sensibilidades Douglas, ha trabajado con variedad de grupos, trios, sextetos, etc y de intereses muy dispares. En ocasiones se comenta que su música carece de swing, pero conviene recordar que, como él ha reconocido en repetidas ocasiones, estudió en profundidad el folklore de los Balcanes a finales de los 80, cuando era difícil conseguir estas grabaciones: «descubrí un material interesante escuchando a las brass band de Macedonia». Desde entonces decidió incorporar este lenguaje al jazz. Su Tiny Bell trio es un grupo de jazz-balcánico improvisado.

Douglas ha trabajado en sus inicios con Herring y Silver en formaciones «straightahead» y con gente tan dispar como John Zorn con su grupo Masada. Sus participaciones en proyectos es innumerable. Son grandes músicos que además han grabado y trabajado juntos en muchas ocasiones y esa complicidad da siempre buenos frutos. La apertura se presentó brillante, alegre, plena de potencia con los dos vientos al unísono y posteriormente estableciendo líneas complementarias que dialogan y se refuerzan unas a otras. Esta es una característica que se repetirá en todas sus composiciones para este quinteto. Echamos un poco en falta el fender rhodes de Uri Caine que ya utilizó en la grabación del «Live at the Jazz Standard», y que daba un toque más `eléctrico' y actual al grupo.

Douglas nos presentó una nueva composición que tituló «The Law of historic Memory», lenta y llena de tensión en sus comienzos, con un monocorde Caine a los teclados, y que se transformó después en una pieza con reminiscencias balcánicas. «The Presidents» de comienzos solemnes y marciales, como un himno, nos dió la oportunidad de comprobar que Douglas es no solo compositor, sino un gran trompeta, y que Donny McCaslin es un saxofonista que se complementa a la perfección con Douglas. Su solo fue brillante, utilizando todos los registros de su instrumento y con influencias de M.Brecker, aunque McCaslin tiene voz propia y personal.

El detalle vino cuando se le dedicó un tema de Federico Mompou al pianista Luis Vidal compañero suyo en alguna ocasión previa. Caine respetó el original en sus primeros compases arrancando aplausos y entrando después Douglas con su sordina para rematar una pieza romántica.

Se sucedieron los magníficos solos de Douglas y McCaslin. Había alegría y complicidad, y tanto Genus (bajo) como Penn (batería) daban la talla. Terminaron con un vibrante «War Room», con Douglas y McCaslin tocando a la velocidad de la luz, y con el bis que el público reclamó, con algunos puestos en pie.

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