Sarkozy contraataca y arremete contra la izquierda y los medios de comunicación
Fabrice RANDOUX (AFP) |
El campo del presidente francés, Nicolas Sarkozy, salpicado directamente por el escándalo político-fiscal Bettencourt en el que está involucrado su ministro de Trabajo, Eric Woerth, contraatacó ayer acusando a la izquierda de hacerle el juego a la extrema derecha y a la prensa de utilizar «métodos fascistas».
Presionado para que ofrezca explicaciones, Sarkozy podría hablar el próximo 13 sobre este escándalo que debilita cada día un poco más a su Gobierno y se ha convertido en un explosivo asunto de Estado después de las denuncias de una posible financiación política ilegal.
Martine Aubry, líder del PS, y el centrista François Bayrou reclamaron la verdad a Sarkozy.
Para algunos medios galos, como el diario «Sud-Ouest», «a partir de ahora es sólo el futuro del quinquenio (mandato de cinco años) y el destino de Nicolas Sarkozy» lo que está en juego, aunque, enfrentado a una sucesión de escándalos, éste ya sacrificó el domingo a dos ministros de segunda fila, sospechosos de un uso abusivo de bienes públicos.
Según la ex contable de la multimillonaria Liliane Bettencourt, Woerth habría recibido 150.000 euros en marzo de 2007 para financiar la campaña de Sarkozy y éste también habría recibido «sobres». Estas acusaciones podrían dar lugar a la apertura de una investigación judicial.
El ministro de Inmigración Eric Besson, acusó al PS de hacer el juego a la extrema derecha «excitado por el olor de la sangre» y Woerth, de orquestar «una conspiración política».
Dirigentes de la UMP acusaron a los medios que han revelado la posible evasión de impuestos de Bettencourt y su relación con el ministro Woerth de «utilizar métodos fascistas totalmente ilegales».