JUICIO CONTRA UDALBILTZA
Primera institución nacional nacida al albor de Lizarra
El nacimiento de Udalbiltza fue acogido con ilusión en la sociedad vasca. Eran tiempos del acuerdo de Lizarra-Garazi y supuso la escenificación de la unidad de fuerzas abertzales. Sin embargo, tras decretar ETA el final del alto el fuego, PNV y EA paralizaron el desarrollo de la institución, que tuvo que volver a ser impulsada por electos de EH e independientes.
Manex ALTUNA | BILBO
El 18 de setiembre de 1999 el Palacio Euskalduna de Bilbo fue escenario de un evento histórico al acoger la puesta en marcha de Udalbiltza. 1.778 concejales y alcaldes llegados de todos los herrialdes de Euskal Herria aprobaron, con un voto en contra y una abstención, la constitución de la primera institución nacional vasca.
Los representantes municipales eran en su mayoría miembros de PNV, EA, EH y AB, aunque también había algunos independientes. Udalbiltza fue acogida con ilusión por todas las formaciones abertzales y nació en una fecha señalada al cumplirse un año del pacto de Lizarra-Garazi y el alto el fuego decretado por ETA. Ese acuerdo suscrito por todas las formaciones y sindicatos abertzales, además de Ezker Batua, impulsó la creación de la institución reflejando la unión de fuerzas en favor del derecho de autodeterminación.
El nacimiento de Udalbiltza estuvo arropado también por una amplia delegación de observadores internacionales, entre los que se encontraban cargos electos, representantes políticos y medios de comunicación de países como Irlanda, Corsica, Catalunya, Venezuela y México.
Por su parte, PSOE y PP rechazaron la iniciativa desde el inicio. Un día antes de la constitución de la asamblea de electos, el PSE llevó a cabo un acto en el Palacio Miramar de Donostia en el que presentó un manifiesto municipalista que abogaba por la «construcción autonómica», término opuesto implícitamente al de «construcción nacional». El alcalde de Donostia, Odón Elorza, incluso llegó a decir que Udalbiltza era «un gran golpe a la convivencia política». Desde el PP, el portavoz del Gobierno español, Josep Piqué, indicó que «desborda el marco institucional imponiendo la tesis de una parte de la sociedad vasca, y nunca vamos a permitir que se desborde la legalidad». El secretario general del partido, Javier Arenas, lo tildó de «atentado contra las instituciones».
IU también se mostró en contra. Para el entonces coordinador general de EB, Javier Madrazo, la nueva institución era tan sólo «un caramelo que le ponen en la boca a HB» ya que «no va a servir de nada y está vacía de contenido».
Discrepancias
El encaje y alcance de la institución nacional, diferencias entre PNV y EH.
Todas las formaciones abertzales valoraron de forma positiva el nacimiento de Udalbiltza, si bien PNV y EH analizaron de forma diferente el alcance que podía tener esa institución y el encaje o no en el actual marco. Xabier Arzallus dijo que «tenemos muy claro que lo que hagamos no romperá ninguna legalidad». Arnaldo Otegi declaró que «el tiempo pondrá a esta institución y a este país en su lugar, y estamos plenamente convencidos de que ese lugar será otro marco jurídico-político».
Al día siguiente, el coordinador de la Mesa Nacional de HB, Joseba Permach, emplazaba al PNV a «clarificar su postura» sobre el desarrollo de Udalbiltza y criticó que «se intenta vender que es una pista de aterrizaje para el MLNV, cuando es la de despegue de Euskal Herria hacia un nuevo escenario político». Esa misma semana, el alcalde de Bilbo, Iñaki Azkuna, y el ex lehendakari José Antonio Ardanza criticaban abiertamente a su partido por haber impulsado Udalbiltza.
Freno
El final del alto el fuego de ETA paralizó a PNV y EA.
El recorrido de la primera institución nacional vasca se frenó nada más empezar. El final del alto el fuego de ETA fue la razón esgrimida por PNV y EA para paralizarla. Después se conocería, tras desvelar la organización armada los acuerdos y reuniones con esos partidos, que ambas formaciones sabían desde agosto que iba a dar por concluida la tregua argumentando que no se habían cumplido los acuerdos y que pese a ello apostaron por crear la institución.
En marzo de 2000, PNV y EA aprobaron una declaración que exigía a ETA que volviera a decretar un alto el fuego haciendo valer su mayoría en la Permanente de Udalbiltza. En mayo, posponen sine die la Asamblea General de la institución y en noviembre de ese mismo año excluyen a EH y AB del Consejo de Dirección por su actitud sobre la lucha armada. Asimismo, en diciembre ambas formaciones asumen en exclusiva la dirección de Udalbide, sociedad jurídica que debía llevar a cabo los planes congelados en Udalbiltza.
Frente a ello, alcaldes y concejales, mayoritariamente de EH, se reúnen para dar un impulso a la institución. Finalmente, el 24 de febrero de 2001 se dan cita en el Kursaal de Donostia 713 electos que renuevan su compromiso con Udalbiltza.
Detenciones
«Otro disfraz de ETA» que ligan con las elecciones.
La operación policial contra Udalbiltza se produjo el 29 de abril de 2003, apenas un mes antes de las elecciones municipales y forales. El propio presidente del Gobierno español, José María Aznar, ligó las detenciones con la cita con las urnas al señalar que suponía «cancelar otro disfraz de ETA» para «evitar que terroristas» puedan ser candidatos. Después llegaría la ilegalización de la plataforma AuB y de cientos de candidaturas. El ministro de Interior, Ángel Acebes, añadió que eran la «columna vertebral» de ETA «en la planificación de la destrucción de las instituciones del Estado de Derecho».
Además de precintar sus sedes, ocho miembros de la institución nacional fueron detenidos y encarcelados. En mayo el juez Baltasar Garzón envió a prisión a Loren Arkotxa, tras presentarse a declarar en la Audiencia Nacional junto a otros dos cargos electos, y en setiembre fue encarcelado Xarlo Etxezaharreta después de ser detenido en Hego Euskal Herria.