O las escuderías no incorporaron a tiempo todas las novedades del circuito de Silverstone a sus simuladores, o el desayuno de los pilotos estuvo compuesto por algún tipo de sustancia que activó de manera exagerada la temeridad de cada uno de ellos. No hay otra manera de entender lo sucedido en el GP de Gran Bretaña disputado ayer, que sirvió, por un lado, para atestiguar que Red Bull se equivoca en su apuesta por favorecer claramente a Vettel, y que Hamilton sigue sumando podios para afianzarse con más ahínco su liderato.

La polémica en el seno de la escudería austriaca sacudió toda la sesión de entrenamientos del sábado. El piloto alemán rompió uno de los nuevos alerones desarrollados por Red Bull durante la última semana, y el equipo le colocó el segundo alerón novedoso que había en el box de la escudería de Christian Horner. Este hecho obligó a Webber a usar la especificación más antigua para la sesión de clasificación; creando cierto desconcierto entre los dos.

Pero lo que son las cosas. Vettel agradeció el obsequio de sus patrones con una desastrosa salida que, unida a un inoportuno pinchazo, le relegó a la última posición de carrera. El barbilampiño piloto germano tuvo que encomendarse al milagro, y gracias a una conducción más comedida logró salvar los muebles entrando en una buena séptima posición.

Otro que completó una salida esperpéntica fue Fernando Alonso. El asturiano fue adelantado por Kubica y Rosberg antes de llegar a la primera curva, perdiendo parte de las opciones de subirse a alguno de los cajones. Pero el calvario del piloto español, que daría continuidad a lo vivido en Montmeló, no hizo más que empezar.

El de Ferrari trataba de quitarse de en medio a Kubica, pero en el intento se salió de la trazada, y logró completar el adelantamiento tras haber salido de excursión por el verde de Silverstone. Los comisarios tardaron más de lo habitual en aplicar la pertinente sanción, y lo que normalmente suele ser solventado devolviendo la posición al piloto adelantado, se vio alterado con la rotura de motor de Robert Kubica. En un intento de sumar algún tipo de sanción al asturiano, los comisarios le sancionaron con un riguroso drive through que le haría perder unos 20 segundos. Por si ello no fuera poco, una embestida sufrida por De la Rosa dejó en el circuito trozos de su alerón, obligando la salida del safety car. El resultado: Alonso cerraba la carrera en última posición, y no logró puntuar en lo que se suponía carrera clave para el resurgir de la escudería roja.

Por su parte, cabe destacar el carrerón de Rosberg, que subió con su Mercedes al tercer cajón del podio y la sexta plaza de Kobayashi, volviendo a demostrar que puede ser un piloto muy a tener en cuenta en un futuro.