Andy Schleck dejó a Samuel Sánchez sin su primera victoria en el Tour. Le sobraron 20 metros para cumplir con su primer objetivo. Fue el único que pudo responder en el último kilómetro al ataque del luxemburgués, que estuvo más listo. En lugar de tirar fuerte para ampliar la distancia sobre los demás, priorizó ganar su primera etapa en el Tour y se limitó a seguir la rueda del asturiano hasta que lo rebasó en los últimos metros.

Morzine no era un puerto para hacer grandes diferencias, pero el calor y el ritmo de Astana provocaron una primera selección de trece corredores que quedan como los principales favoritos para los puestos de honor. Entre ellos no estaba el cuarto de la última edición, Wiggins, que perdió 1.45, ni Armstrong, que se despidió de cualquier opción de una buena plaza en la general en su último Tour al acabar a 11.45. Poco antes llegaba Chavanel, que dejaba su amarillo a un Cadel Evans que supo aguantar una etapa difícil tras caerse en la parte inicial.

Astana lanzó la carrera desde el momento en que Armstrong se quedó en la penúltima subida de La Ramaz tras la segunda de las tres caídas que sufrió. Después de todas las dudas que han rodeado al equipo kazajo, fue el más fuerte de la etapa al llegar Contador con tres corredores a la parte final: Vinokourov, Tiralongo y un Dani Navarro sensacional que hizo en cabeza toda la subida a Morzine Avoriaz. Él provocó toda la selección.

El equipo Astana estuvo mejor incluso que su líder, que sí respondió a los primeros ataques de Kreuziger, Van den Broeck, Gesink y Samuel, pero no pudo aguantar la rueda de Andy Schleck, que recibió la orden de atacar de Bjarne Riis cuando vio que Contador no estaba súper, pero más para buscar la victoria de etapa que para distanciarle.

En la meta destacaba que Samuel lo había ganado al sprint en la lucha por la segunda plaza en Alpe d'Huez en el Tour de 2008 y en los Juegos de Beijing y que esas experiencias le valieron ayer. Tan importante como su victoria fue la sensación que dejó de estar muy fuerte, más que nunca, y sus declaraciones demuestran que este año no se va a conformar con el segundo puesto, lo que da un interés mayor a lo que queda de carrera.

De hecho, tras la etapa también dejaba claro que ahora su objetivo no era el amarillo y que por eso no atacó antes: «Yo tengo un plan para este Tour y el objetivo es llegar de amarillo a París. Las etapas para coger el maillot están por venir». Lo que tiene claro es que para ganar el Tour «debo llegar de amarillo a la última crono. Cuando tengo presión puedo ir más rápido en esa contrarreloj. Lo importante es que esté adelante. No puedo llegar segundo detrás de Contador o Evans. Debo llegar líder».

Imanol Erviti, otra vez fugado

Hasta que Astana hizo la selección, la etapa estuvo marcada por la caída inicial de Evans y Armstrong y por la segunda escapada de Imanol Erviti tras la que protagonizó en la etapa del pavés. Se fugó en el kilómetro 25 junto a Aerts (Omega), Riblon (Ag2R), Vaugrenard (FDJ), Minard y Moinard (Cofidis) y Moorenhout (Rabobank). Llegaron a tener siete minutos de ventaja.

La escapada se mantuvo unida hasta que empezó la ascensión del col de La Ramaz, en la que atacó el holandés a 46 de meta y por detrás suyo saltaron para empalmar con él Aerts y Moinard, que aguantaron en cabeza hasta que Astana hizo la primera selección del Tour.