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Sandy Casar premió la fidelidad de su patrocinador y se desquitó de su racha de segundos puestos

Sandy Casar es el símbolo de Française des Jeux, un equipo que anunciaba en la víspera del inicio del Tour que su sponsor mantendrá su apoyo hasta el 2014. Lleva en el equipo desde que pasó a profesionales en el 2000 y le ha dado grandes éxitos pese a su fama de Poulidor.

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Joseba ITURRIA

A sus 31 años, es el corredor francés, desde el ocaso de Moreau, más regular en el Tour. Cada año aparece uno que hace una buena general como Voeckler, Dessel, Le Mevel, Moinard..., pero el único que todos los años cumple en el Tour es él. Un día antes de la fiesta francesa, Casar brindó una jornada festiva y de reconocimiento a Française des Jeux, uno de los pocos patrocinadores que ha demostrado que no se toma el ciclismo como un juego de azar como los que comercializa y que en el inicio del Tour amplió en cuatro años un patrocinio que arrancó en 1997. Por eso lo primero que hizo Casar tras ganar fue «agradecer al presidente de FDJ por seguir con un contrato que nos da confianza y al que estamos agradecidos».

En el fondo es un agradecimiento mutuo porque Sandy Casar es la mejor imagen que puede tener un equipo francés. Un corredor muy serio, educado, combativo, que nunca está implicado en aspectos desagradables y siempre da presencia al equipo en jornadas especiales como la de ayer. Busca sistemáticamente fugas en etapas de alta o media montaña que no acaban en alto y en ellas ha conseguido tres victorias en el Tour, aunque una en los despachos, y seis segundos puestos que llevaron a considerarlo el nuevo Poulidor del ciclismo francés: «Raymond no hacía siempre segundo y cuando me comparan con él estoy contento», bromeaba ayer ante la eterna pregunta, al tiempo que recordaba que «siempre me preguntan por los segundos puestos, pero tengo en mi palmarés tres etapas en el Tour. Nunca se corre para hacer segundo, a nadie le gusta, porque es un puesto del que nadie se acuerda».

Lo malo para él es que le recuerdan casi más que sus triunfos sus seis segundos puestos en etapas del Tour ante Moncoutié y Guerini (2005), Vasseur (2007), Dessel (2008) y Luis León Sánchez y Astarloza (2009). Porque sólo ha podido subir al podio en dos ocasiones. La primera fue en Angouleme en el 2007, cuando supo sobreponerse a una dura caída tras salir un perro a la carretera. La segunda que se le ha adjudicado es la del pasado año en Bourg Saint Maurice por descalificación de Mikel Astarloza.

La revancha con Luis León Sánchez

Casar tuvo presente ayer su duelo ante Luis León Sánchez en la meta de Saint Girons, en un final en el que también estuvo Mikel Astarloza: «Me he acordado de ese sprint antes del último viraje y he querido cogerlo en cabeza. Es verdad que él había subido toda La Madeleine en cabeza, que ha hecho todo el esfuerzo porque ha hecho una apuesta por el amarillo y eso me benefició».

Había estudiado la llegada, pero «no esperaba un final tan duro. Quería, como cuando gané en 2007 en una llegada parecida, entrar primero en la última curva. En la penúltima ya me he puesto primero, pero he esperado hasta que no podía esperar más. Sabía que había una última curva a la izquierda poco antes de la meta y cerré la puerta para que nadie me pudiera superar».

Recordaba que «había hecho un buen comienzo de temporada y con Le Mevel queríamos hacer la general, pero hemos perdido tiempo y hemos empezado a buscar etapas. Me fijé en ésta porque no se llegaba en alto, donde yo no puedo seguir a los mejores. Este es el estilo de etapa en el que suelo conseguir mis objetivos. Ya tenemos una y aún no hemos acabado. Estoy muy contento».

Sobre el desarrollo de la escapada comentó que «no hemos podido coger demasiado tiempo y eso es duro. En la última ascensión he sufrido mucho cuando Moreau ha acabado su trabajo y ha pasado su relevo a Luis León Sánchez, que ha subido un poco más rápido. Pero he podido sufrir y seguirle. He guardado mis fuerzas para el final y también lo han hecho los demás. En los últimos kilómetros nadie tiraba fuerte. Yo pasaba porque nos indicaban que venían por detrás Schleck y Contador, pero nadie entraba al relevo con decisión. Por eso he guardado yo también energías para disputar el sprint».

Para explicar las inesperadas diferencias que han provocado las etapas alpinas recordaba que «se acusa mucho el calor. A mí me beneficia siempre correr con calor, pero estamos teniendo temperaturas muy altas. Se ve como los líderes lo han pagado. Ha sido una primera semana muy difícil».

 

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