La Plataforma Banatuz denunció ayer que la decisión de Kutxa de acelerar el proceso de «privatización-bancarización» de su obra social a diferentes fundaciones se debió a que conocía de antemano que la nueva ley de cajas les iba a imponer nuevas reglas, que le obligarían a disponer de dos tercios de la asamblea, algo que «el PNV no tiene». Por eso, reclamó que «quede en suspenso esa decisión», porque se produjo «sin contar con la decisión de la asamblea general de Kutxa, como es preceptivo»

Banatuz denunció que Onkologikoa, la nueva fundación de Kutxa, se aprobó «sin informar como correspondía» a la Asamblea General y, por lo tanto, dejándola «fuera de control de los consejeros-compromisarios». Según esa plataforma, el nuevo «decretazo» de la Ley de Cajas aborda, entre otras muchas cuestiones, la necesidad de que se aprueben los cambios de modelo con al menos dos tercios de los consejeros, «pero en Kutxa se han anticipado sin llevar este tema a debate en la asamblea, es decir sin contar con la autorización necesaria».

La maniobra que la dirección de Kutxa realizó «no era casualidad», a juicio de Banatuz, sino una argucia poco legal «porque el PNV conocía de antemano que no iba a lograr esa mayoría suficiente y el proceso iba a fracasar».