La Comisión Mixta de Fiestas tenía previsto ayer a media mañana presentar en AlhóndigaBilbao las líneas maestras de Aste Nagusia 2010, pero unas declaraciones del alcalde a un medio escrito restaron protagonismo a la cita informativa preparada con mimo por el equipo de Isabel Sánchez Robles. Iñaki Azkuna utilizó las páginas de ``El Correo'' para advertir a las comparsas de que «si quieren cerrar un día, que cierren, pero si juegan con fuego se pueden quemar», en referencia al anuncio efectuado por Bilboko Konpartsak hace una semana -el 6 de julio- de que tratarán con un plante de 24 horas de que los políticos visualicen su importancia en el modelo festivo.

Las manifestaciones de Azkuna supusieron el clímax a una escalada de acusaciones contra las comparsas, a quienes se pretende envolver en una polémica de tintes políticos que poco tiene que ver con la voluntad de estos agentes festivos. El propio alcalde se encargó ayer, durante el homenaje a una bilbaina centenaria, de ratificarse en sus advertencias, que luego también reflejó en Facebook.

Mientras, Sánchez Robles trató de pasar el supuesto mal trago evitando responder en la rueda de prensa de presentación de los ejes de Aste Nagusia a una pregunta de una periodista que la interpeló sobre el asunto. La corporativa jeltzale lo zanjó diciendo que «otro día» abordaría el tema para no restar «magia» a la comparecencia. A primera hora de la mañana, en llamada telefónica, se disculpó ante los comparseros, que todavía no conocían las contundentes declaraciones del alcalde, pretendiendo así salir al paso de esta desautorización en toda regla.

Las comparsas observan con sorpresa el revuelo mediático y político creado en torno a su anuncio. Quisieron aclarar que son agentes festivos y no políticos, y por tanto no pueden responder día a día a todas las declaraciones efectuadas desde tribunas políticas. «Nuestro funcionamiento es asambleario y no podemos entrar en este cruce de mensajes de tinte político», añadieron.

«Lo nuestro es la fiesta»

Los comparseros lo tienen claro: «Lo nuestro es la fiesta». Por ello, rechazan todas las interpretaciones que sitúan su meditada decisión en ejes políticos y llegan a emparejar el plante «con una huelga al uso, con piquetes incluidos». «Nosotros sólo queremos hacer fiesta, y que sea popular y participativa, evitando su privatización. Eso es lo que estamos tratando de explicar a hosteleros y comerciantes, por encima del discurso que insiste en decir que vamos a obligar a cerrar los bares», dijeron.

Fuentes de los agentes festivos manifestaron, antes de que el alcalde se ratificase en sus advertencias, de que ellos apuestan por el diálogo: «aquí el único que se ha inclinado por la vía de las amenazas y sembrar el miedo es Azkuna. Es hora de que reflexione sobre el daño que está haciendo a Aste Nagusia siguiendo por este camino». Desde las comparsas se dirigieron al Consistorio para reclamarle que «hagan algo más que posar para las fotos y cuenten con nosotros».

Quien se abonó a las tesis de que las comparsas están presionando a comerciantes y hosteleros fue el consejero de Interior, Rodolfo Ares, quien llegó a decir, sin aportar datos, que la ronda de contactos de Bilboko Konpartsak es «más una actitud de presión que de recabar su colaboración y solidaridad».

A su vez, la portavoz municipal del PP, Cristina Ruiz, señaló que «la actitud chulesca, la capacidad de las comparsas de condicionar la fiesta y de alterar la convivencia y el desarrollo normal de la Aste Nagusia responde a los años de tolerancia de Azkuna y el PNV, que han permitido a las comparsas hacer de su capa un sayo».