Unas 150 personas tomaron parte en los últimos incidentes que se registraron durante la noche del martes y la madrugada de ayer en Ardoyne, en el norte de Belfast.

Durante esta tercera noche de enfrentamientos, se colocaron barricadas de fuego y se oyeron disparos contra efectivos de la Policía, que también fueron atacados con explosivos de fabricación casera y cócteles molotov. Los agentes respondieron con balas de plástico y cañones de agua.

También se produjeron disturbios en el área de New Lodge, en el norte de Belfast, y en Markets y Short Strand, en el sur de la capital norirlandesa.

Marchas orangistas

Los choques con la Policía, esporádicos en las últimas semanas en zonas nacionalistas, estallaron la noche del 12 de julio, después de las marchas protestantes orangistas. Se produjeron diversos incidentes en Belfast, Lurgan y Derry, durante los cuales más de cincuenta oficiales de Policía resultaron heridos.

El ministro norirlandés de Justicia, David Ford, defendió ayer las actuaciones de agentes antidisturbios, que han sido objeto de numerosas críticas por no haber efectuado ninguna detención.

«Lo que haremos será estudiar las grabaciones de vídeo para asegurarnos después de que estas personas son puestas a disposición judicial», aseguró Ford.

En ese sentido, fuentes policiales confirmaron que esperan llevar a cabo «detenciones significativas» en los próximos días.