«El Love Parade ha terminado», sentenció ayer el principal organizador de esta fiesta, Rainier Schaller. Declaró que ha sido un evento pacífico y una fiesta de alegría, pero ahora se verá oscurecido por las horribles escenas vividas el sábado en Duisburgo, donde una avalancha humana se cobró la vida de 19 personas y dejó 342 heridos.

En busca de una explicación, la Fiscalía inició inmediatamente una investigación, mientras los medios alemanes señalaban a la Policía y a los organizadores como responsables de que una fiesta «tecno» multitudinaria acabara en un baño de sangre.

El alcalde de Duisburgo, Adolf Sauerland; el responsable del operativo policial, Wolfgang Rabe; el jefe de la Policía local, Detlef von Schmilling; y el mismo Rainier Schaller, entre otros, aclararon algunas cuestiones en una rueda de prensa testada de periodistas y retransmitida en directo por televisión.

Rabe apuntó que las personas fallecieron en las rampas circundantes o al tratar de trepar por una escalera, principalmente en el lado oeste de la entrada, y no en el interior del túnel de 10 metros de ancho construido en los años 60, como difundieron inicialmente los medios.

Toda la prensa se cuestionaba cómo es posible que una fiesta a la que en años anteriores acudieron más de un millón de personas de Alemania y del resto de Europa, en esta ocasión se preparara en un recinto de 230.000 metros cuadrados, la antigua estación de mercancías de Güter, que apenas podía albergar a 250.000 visitantes.

Numerosas deficiencias

Varios medios, entre ellos la ZDF, la segunda cadena de la televisión pública, aseguraron que ya horas antes de la avalancha se produjeron advertencias y quejas por parte de visitantes ante el personal de la organización respecto a la situación en el túnel.

Incluso meses antes de la tragedia, la Policía y los bomberos locales comunicaron al alcalde de la ciudad numerosas deficiencias del plan de seguridad del Love Parade, según informa en su edición de hoy el diario «Kölner Stadt-Anzeiger».

La prensa se preguntaba por qué se decidió que para acceder a la única entrada hubiera que atravesar un estrecho túnel sin salidas de emergencia. Schmeling explicó que poco antes de la tragedia se habilitó un segundo acceso y aclaró que no es verdad que se cerraron las puertas.

También se criticaba la tardanza de los medios de emergencia en llegar, ya que cortaron la principal vía, la autopista contigua a la antigua estación.