GARA > Idatzia > Mundua

Voces que nunca podr�n silenciar

Jorge Freytter cuenta su experiencia y la de todos aquellos que han perdido a familiares y amigos ejecutados a manos del mismo Estado. Una historia de supervivencia, esperanza y, sobre todo, muchas ganas de hacer, ante todo, que la verdad no la borre el tiempo.Testimonio recogido por Iraide OLALDE
p018_f02_2.jpg

Me llamo Jorge Freytter, y soy hijo del profesor universitario y l�der sindical Jorge Adolfo Freytter Romero, asesinado el 28 de agosto de 2001 en Barranquilla, Colombia, a manos de miembros del GAULA.

Mi padre fue profesor de la Universidad del Atl�ntico, ubicada en Barranquilla, y un importante l�der sindical en la regi�n norte de Colombia. Estuvo muy involucrado en los a�os 70 en el movimiento estudiantil y destac� como un incondicional defensor de la educaci�n p�blica. Tambi�n fue miembro activo de la Asociaci�n de Jubilados de la Universidad del Atl�ntico.

Fue secuestrado, torturado y asesinado en 2001. Por esa fecha, universidades del atl�ntico y de la costa caribe�a comenzaron a manifestarse en contra de diferentes pol�ticas llevadas a cabo por el Gobierno colombiano. Por un lado, se estaba aplicando un alzamiento en el precio de las matr�culas, y asimismo, se estaban incumpliendo una serie de garant�as del sector de los pensionistas. Durante varias semanas, estas universidades estuvieron en paro en se�al de protesta.

Ya desde 1998, en la Universidad del Atl�ntico y en sus alrededores, empezaron a repetirse las amenazas y los seguimientos a l�deres sindicales, profesores, y al fin y al cabo, a todas aquellas personas que se atrev�an a alzar la voz contra el Gobierno y sus pol�ticas.

Un 28 de agosto de 2001, mi padre fue el elegido. No hab�a recibido amenazas directas previamente, pero s� hab�a sido retenido e interrogado por la Polic�a Nacional. Ese d�a estival, sal�a de una asamblea y llegando hacia casa, dos hombres lo detuvieron a plena luz. Al d�a siguiente, su cuerpo apareci� con visibles se�ales de tortura en un paraje que conduce del departamento del Atl�ntico al de Magdalena.

Este mes de julio han sido juzgados un soldado y un pol�cia y condenados a 35 a�os de prisi�n por el asesinato de mi padre.

Estos dos individuos pertenec�an a GAULA, un grupo antisecuestro que se ha visto en diversas ocasiones involucrado en diferentes asesinatos.

El caso de mi padre no es el �nico. Lo han seguido y precedido una larga lista de asesinatos selectivos contra profesores, sindicalistas y estudiantes en Colombia. Son cr�menes que provienen directamente de lo que se les denomina �fuerzas oscuras�; el mismo Gobierno, grupos paramilitares y de extrema derecha cuyo �nico objetivo es silenciar las voces cr�ticas que cuestionen su pol�tica.

El caso de mi padre aument� la presi�n a nivel local, regional e internacional para denunciar estos cr�menes, que son, en definitiva, asesinatos contra la propia humanidad.

A partir de las investigaciones, sali� a la luz la verdad de que exist�a y sigue existiendo hoy en d�a una conexi�n entre los grupos paramilitares de la zona norte, al mando de Jorge Cuarenta, y los grupos como GAULA, para poder realizar operaciones al margen de la ley y secuestrar, torturar y ejecutar a todo aquel que no est� conforme con lo establecido.

Pero, como siempre, es muy d�ficil que la verdad salga a la luz cuando los encargados de hacerlo no son trigo limpio.

Tras el asesinato de mi padre, ha sido muy fuerte la presi�n que hemos tenido que realizar contra la Fiscal�a e instituciones para conseguir un resultado contundente y verdadero. Y es que, muchas de estas instituciones, est�n permeadas por los grupos que encabezan las ejecuciones. Pero luchando y alzando la voz, poco a poco todo se consigue.

El coletivo de abogados Jose Alvear Restrepo es uno de los ejemplos de aquellos que est�n presionando y trabajando para que todas las personas sin excepci�n que forman parte en estos cr�menes sean juzgados e interrogados.

Junto a este colectivo, diversos grupos trabajan tambi�n para hacer justicia y resaltar la memoria de las personas v�ctimas de los cr�menes de Estado. Por un lado, est� el movimiento de hijos de l�deres de izquierda y por otro lado el Movimiento de las V�ctimas de Cr�menes de Estado (MOVICE), que toman un papel muy importante en mantener la lucha para que la verdad no sea enterrada y olvidada, y para que finalmente, se consiga una Colombia diferente, donde la barbarie no sea el pan del d�a a d�a.

Actualmente, persisten los asesinatos contra l�deres y no cesan las amenazas y los seguimientos. Alrededor de un 35 % de los casos no son finalmente esclarecidos y la sensaci�n de inseguridad es permanente.

El Gobierno sabe exactamente que en estos cr�menes hay una participaci�n directa con el Estado, y es que los autores de las ejecuciones son miembros activos de las fuerzas del orden y la seguridad del Estado. Pero, lamentablemente, no asume una posici�n.

Este 7 de agosto termina un periodo uribista macabro, y otra figura continuar� ejerciendo la misma pol�tica. Necesitamos que la comunidad internacional corte el grifo a Colombia y a todas esas organizaciones que promueven una falsa defensa de los derechos humanos.

Aunque ahora todo se vea un poco gris, mientras la sociedad siga organiz�ndose y respondiendo ante lo que es sin duda una aberraci�n y un crimen contra la humanidad, la esperanza no estar� perdida.

Imprimatu 
Gehitu artikuloa: Delicious Zabaldu
Igo