A mediados de los setenta, un tipo nacido en Glasgow llamado Mark Knopfler (de madre escocesa y padre húngaro), se traslada a Londres en busca de trabajo. Consigue un puesto en el «Yorkshire Evening Post», donde colabora sin demasiada pasión ni protagonismo. La música le ronda la cabeza diariamente, así que deja su labor como reportero para patearse pubs y conocer músicos. Entre sus primeras experiencias se encuentran The Silver Heels y un dúo con Steve Phillips, del que se haría amigo y quien posteriormente sería miembro de los The Notting Hillbillies, donde Mark también tocaría. Después pasa por Brewer's Droop, donde conoce al batería Pick Whiters.

En 1977, durante una fiesta, Mark conoce a John Illsley, que toca el bajo. En ese momento deciden formar un grupo, en el que estarán su hermano menor David, John y el antiguo batería de Brewer's Broop, Pick Whiters. Deciden llamarse Cafe Racers, ya que piden trabajo en pubs con la intención de tocar sin armar mucho alboroto y no molestar a los clientes. Finalmente, es Pick el que propone que se llamen Dire Straits (Grandes Apuros), más que nada por las necesidades económicas que pasan.

Las cosas en Londres, en Donostia o en Deba siguen un camino parecido, según el siguiente relato de hechos en el inicio de la carrera de Dire Straits.

En el verano de 1977, con el punk tomando las calles y el protagonismo, no es sencillo que alguien te haga caso si vas con canciones tranquilas, pero la demo que había grabado Dire Straits, con un presupuesto de 120 libras, contiene «Wild west end», «Water of love», «Sacred loving» y «Sultans of swing». La maqueta termina en las manos de Charlie Gillet, uno de los críticos, y escritor, más respetados del momento y ajeno al motín punk que se avecina. Gillet la emite a diario en su programa «Honky Tonk», de Radio London. «Sultans of swing» es una de sus favoritas.

El programa lo escucha con asiduidad John Stainze, de la discográfica Phonogram, quien no cesa en su empeño por conseguir los servicios de la banda. A finales de 1977, el mánager Ed Bicknell, conocido de Stainze, consigue que Dire Straits sea soporte de la gira que Talking Heads realiza por Gran Bretaña. Las críticas son tan favorables que el primer disco comienza a prepararse.

El resto de la historia es el éxito del grupo, el abandono de la banda de David Knopfler, tapado por la genialidad de su hermano, y la disolución en 1995.

Primeros días

En el documental rescatado en esta nueva edición de «Alchemy», nos encontramos con un joven Knopfler (1980) hablando de su primera guitarra: «La verdad es que casi nunca he tenido una guitarra acústica. La primera que tuve fue una como esta [Mark señala una Stratocaster] y la tocaba así [la toca sin amplificador y haciendo todo el ruido posible al percutir con los dedos en las cuerdas]. Intentaba aprender a tocar y no tenía amplificador. Era como decir a mi papá: ¿por qué me la has comprado si no tengo amplificador? Solía utilizar el phoner de la radio para que se escuchara algo y amplis de los amigos...».

Tras mostrar su habitación y contar su primera experiencia con la guitarra, se pasa al directo. Aquí, de nuevo, las cosas no son muy diferentes a cualquier grupo primerizo: «Hoy vamos a tocar alguna canción nueva. A ver cómo salen. Pero si queréis que toquemos alguna en concreto, no tenéis más que pedirla». Mark lleva unos pelos que ni salidos de una mala permanente o de un viaje en avión sin fuselaje. Dire Straits ha publicado el álbum homónimo del debut y «Comuniqué» y prepara la salida de «Making movies», de donde procedían esas nuevas canciones. Verle tan joven recorriendo el mástil y la forma de utilizar su mano derecha resulta peculiarmente atractivo aun hoy en día. Puede que con el tiempo se haya atascado en su progresión, pero Knopfler ha marcado estilo y dejado a un buen número de guitarristas su legado. En toda la carrera de Fito, incluido el saxo, hay un sonido Knopfler en su guitarra o en la de Carlos Raya.

Pick Whiters, batería comenta: «Recuerdo que hace muchos años, yo tendría unos seis, el primer domingo de cada mes desfilaba una banda de música de la Boy's Brigade, que tocaba los tambores y unos bombos enormes y la corneta iba detrás. Creo que eso fue lo que sembró la semilla. Supe que quería tocar en aquella banda. Por algún motivo, quería tocar aquel bombo. Tuve que superar muchas barreras. Éramos demasiados, así que obligaron a que también debías tocar la corneta durante un año. Y lo hice. Mi gran solo era el toque de corneta llamado `Last post'. Pero lo conseguí»

Más protagonistas, más charlas en el DVD sobre cómo se inició cada uno en esto y más de dos horas de música en directo en este nuevo «Alchemy».