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La infelicidad de una familia y los cambios obrados diez años después

«La vida en tiempos de guerra»

Con el paso del tiempo, Todd Solondz no ha perdido su capacidad provocativa, que aplica a una libérrima continuación de su exitosa «Happines». La familia Jordan ha cambiado mucho en los diez años transcurridos, pero su oscuro pasado sigue planeando sobre ella, en especial aquel feo asunto de pedofilia. Hay quien opina, no obstante, que el cruel humor de este «enfant terrible» se ha suavizado, manejando temas redencionistas como el perdón y el olvido.

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M. I. | DONOSTIA

Aunque cuenta con apoyos, sobre todo en el exterior, Todd Solondz sigue peleado con la industria y la censura norteamericanas, encontrando serias dificultades para sacar adelante sus proyectos. «La vida en tiempos de guerra» ha conseguido salvar una larga carrera de obstáculos gracias a los premios internacionales obtenidos. En la Mostra de Venecia recibió el Premio al Mejor Guión y en el Festival del Mar del Plata el de Mejor Actriz para Shirley Henderson.

Todd Solondz declaró en Venecia, antes de saber que iba a ser premiado como mejor guionista, que las marcas comerciales norteamericanas le tienen vetado, porque consideran que su cine da una mala imagen de cara a las ventas. Esta curiosa revelación, dicha medio en serio medio en broma, ayuda a comprender los problemas de producción por los que atraviesan sus películas.

En consecuencia «La vida en tiempos de guerra» es el resultado a partes iguales de las intenciones del cineasta como de las limitaciones de su trabajo. Hace varios años que tenía en mente hacer una continuación de su exitosa «Happines», pero las dificultades por las que atraviesa el cine independiente le obligaron a posponer el rodaje. Al final se las ha tenido que arreglar con 4.500.ooo dólares, lo que obligaba a improvisar y a hacer ajustes en el reparto.

Cómo ha cambiado la familia

La solución por la que ha optado Todd Solondz ha sido la de hacer una continuación abierta, nada convencional y en absoluto plegada a las ideas preestablecidas dentro de la industria sobre lo que debe de ser una secuela al uso.

En su peculiar tratamiento de la saga Jordan, a Solondz no le ha importado que, en los teóricos diez años transcurridos desde «Happines», los miembros de la familia hayan cambiado de aspecto y hasta de raza. Se da la circunstancia de que mientras unos parecen no haber envejecido, otros se han rejuvenecido o aviejado de forma extraordinaria, según los casos.

Son variaciones que sorprenderán mucho a quienes conozcan la película previa, y no así a los que no la hayan visto o la tengan olvidada.

Tres hermanas con problemas

Aunque «La vida en tiempos de guerra» es una película coral, con muchas ramificaciones a partir de los Jordan, la nueva historia se centra en las tres hermanas Joy, Trish y Helen, interpretadas respectivamente por Shirley Henderson, Allison Janney y Ally Sheedy. Las tres quieren escapar de su infeliz pasado y olvidarlo, pero para ello tendrán que ser capaces de perdonar a las personas que les hicieron daño.

Es Joy la primera que trata de huir, de empezar de nuevo, dejando atrás a los fantasmas que la persiguen. Su hermana Trish también busca la redención, pero es complicado para ella porque su marido, el pederasta, acaba de salir de la cárcel. Por su parte, Helen, se siente envidiada y odiada por el resto, simplemente por haber llegado a Hollywood.

La relación con la madre, encarnada por Renée Taylor, tampoco avanza por culpa de sus traumas sexuales.

SECUELA

Todd Solondz ha optado por una continuación abierta, nada convencional y en absoluto plegada a las ideas prestablecidas dentro de la industria sobre lo que debe ser una secuela al uso.

Estreno

Dirección: Todd Solondz.

Intérpretes: Shirley Henderson, Allison Janney, Ally Sheedy, Charlotte Rampling, Ciarán Hinds, Michael Lerner, Paul Reubens, Renée Taylor.

País: EE.UU., 2009.

Duración: 96 minutos.

La censura norteamericana no puede con Todd Solondz

Todd Solondz, que iba para rabino, debutó en el 89 con «Fear, Anxiety & Depression», una comedia a lo Woody Allen de la que reniega. Su verdadero inicio se dió con «Bienvenidos a la casa de las muñecas», Gran Premio del Jurado en Sundance. Su estilo feísta y de humor cruel se consolidaría con «Happines», Premio Fipresci en Cannes. Sus problemas con la censura norteamericana afectaron de lleno a «Cosas que no se olvidan». Ello no le impidó abordar en «Palíndromos» temas tabú como el abuso sexual a menores y el aborto. M. I.

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