El asediado ministro francés de Trabajo niega haber cometido irregularidades
El ministro francés de Trabajo, Eric Woerth, negó ayer durante las ocho horas que duró su interrogatorio por parte de agentes de la brigada financiera de la Policía las sospechas que pesan sobre él de conflicto de intereses y de financiación política ilegal de la gobernante UMP a raíz del escándalo en torno a la fortuna de la heredera de L'Oréal, la multimillonaria Liniane Bettencourt, que ha debilitado el poder del presidente de la República, Nicolas Sarkozy.
GARA
El ministro francés de Trabajo, Eric Woerth, negó ayer haber cometido cualquier irregularidad, durante su interrogatorio por la Policía como testigo en un escándalo de donaciones políticas que ha sacudido al Gobierno. Woerth se explicó, largo y tendido, por espacio de ocho horas, ante los agentes de la brigada financiera de la Policía que le interrogaron en su despacho, en calidad de testigo, sobre su presunta implicación en el «caso Bettencourt».
«Si la audiencia ha durado tanto tiempo es porque Eric Woerth ha querido dar todas las explicaciones, dijo que hace mucho tiempo que estaba ansioso de ser escuchado», explicó su abogado, Jean-Yves Leborgne.
Este escándalo ha minado al ministro de Trabajo, aliado del presidente, Nicolas Sarkozy, y encargado de llevar a cabo la impopular reforma de las pensiones, un proyecto que ha situado al presidente en su nivel más bajo en las encuestas de popularidad.
Lo que comenzó como una pelea de familia entre la mujer más rica del Estado francés, la heredera de L'Oreal, Liliane Bettencourt, y su hija, tomó una dimensión política después de que se difundieran unas grabacioens secretas realizadas en la vivienda de la multimillonaria, sospechosa de evasión fiscal, y cuyo contenido ha salpicado a Sarkozy y Woerth.
Las preguntas de los agentes se centraron en los tres frentes que salpican a Woerth: la presunta financiación ilegal, por parte del entorno de la multimillonaria, de su partido, la gobernante UMP, y más en concreto de la campaña electoral de Sarkozy en 2007, tal y como declaró la ex contable de Bettencourt, Claire Thibout; el trato fiscal que recibió Bettencourt cuando él era ministro de Presupuesto, y su presunta intervención para que su esposa fuese contratada por la sociedad que gestiona la fortuna de la heredera de L'Oréal.
«Negó con vigor»
En cuanto a la financiación de la UMP, «negó con un vigor y una energía particular el haber recibido alguna financiación política que no fuera conforme a la ley», así como la existencia de un pago en efectivo de 150.000 euros para la campaña electoral de Sarkozy, afirmó Levorgne. «Cualquier alegación de otro tipo no son sino mentiras y fantasmas», añadió.
En un nuevo giro del caso, los documentos relativos a la concesión del prestigioso título de la Legión de Honor al gestor del patrimonio de la multimillonaria, Patrice de Maistre, han sido confiscados por la Fiscalía de Nanterre. Éste recibió el galardón de Woerth a principios de 2008, dos meses después de que Florence Woerth fuera contratada para trabajar en la firma Clymene, gestora de la fortuna, con un salario anual de 200.000 euros.
Florence Woerth y Maistre ya han sido interrogados. Florence Woerth ha negado cualquier trato de favor, pero ha dicho que fue De Maistre quien le ofreció el trabajo pocas semanas después de que su marido ocupara la cartera de Presupuestos.
El ministro, según su letrado, subrayó que «en ningún momento intervino para que su esposa fuese contratada». Admitió, no obstante, que había mencionado la profesión de su esposa, «en el transcurso de una conversación banal» con De Maistre, pero aclaró que ésta tuvo lugar cuando él no era ministro.
El fiscal de Nanterre confiscó los documentos relativos a la concesión de la Legión de Honor a Patrice de Maistre, gestor de la fortuna de Bettencourt. De Maistre recibió el galardón de Woerth dos meses después de que contratara a su esposa, Florence Woerth.
Nicolas Sarkozy felicitó a Andorra, en su primera visita oficial en calidad de copríncipe francés del país, por los «progresos» en materia fiscal que ha llevado a cabo el país en el último año para abandonar la «lista gris» de la OCDE sobre paraísos fiscales.
El escándalo en torno a la multimillonaria Liliane Bettencourt se ha ramificado y son ya cinco cinco casos abiertos en los tribunales:
-La acusación de Françoise Bettencourt-Meyers, hija de Liliane, contra el fotógrafo François-Marie Banier por haberse aprovechado presuntamente de la debilidad de su madre para recibir desde 1992 «regalos» por valor de unos mil millones de euros. El proceso, que se inició el 1 de julio, ha sido retrasado sine die para continuar investigando, después de que se difundieran unas grabaciones realizadas por Pascal Bonnefoy, ex mayordomo de Bettencourt.
-La investigación abierta por una «falta contra la vida privada» en torno a las 21 horas de grabaciones. Bonnefoy y el informático que digitalizó las cintas -pareja de la ex contable de la multimillonaria, Claire Thibout- han sido imputados. Bettencourt también puso una denuncia por «robo y abuso de confianza».
-Se investiga la presunta financiación irregular de la UMP a partir de las declaraciones de Thibout a la Policía en las que acusaba a varios políticos, entre ellos Sarkozy y Woerth de haber recibido de Bettencourt sobres con dinero en metálico. Más tarde, Thibaut retiró su acusación contra Sarkozy.
-La justicia investiga si hubo «tráfico de influencias» para que la esposa del ministro de Trabajo, fuera contratada en el equipo que gestiona la fortuna de Bettencourt. Las pesquisas buscan esclarecer también si existió blanqueo de dinero y fraude fiscal en la gestión de su fortuna, tras conocerse que la multimillonaria posee una isla en las Seychelles y varias cuentas en el extranjero que nunca declaró al fisco.
-El último caso se abrió tras la denuncia que un pequeño accionista de L'Oréal por abuso de bienes sociales tras conocerse que Banier se benefició de un contrato por valor de 4 millones de euros por asesoría. EFE