El rumor no ha tardado en convertirse en noticia. Alberto Contador ha dado el «sí quiero» a Bjarne Riis, con el que compartirá vida y ambiciones durante las dos próximas temporadas. El director danés se encargó de confirmar ayer el fichaje, al tiempo que adelantaba que Saxo Bank seguirá involucrado en el proyecto junto a Sungard.

Un romance con el que Contador espera dar carpetazo a unos años tan exitosos sobre la carretera como convulsos fuera de ella. La Operación Puerto no le salpicó, pero sí le dejó sin equipo al cargarse la estructura de Liberty Seguros. El regreso a la competición de Lance Armstrong, un año después de que el pinteño ganara su primer Tour, le metió el enemigo en casa.

El norteamericano se marchó con buena parte de sus compañeros, pero el problema sólo se solucionó a medias. Ya con su segundo amarillo en Paris, Contador se encontró con un Astaná debilitado, sin interlocutares fiables y con otro regreso, el de Alexandre Vinokourov, amenazando con repetir la historia. Sólo la concesión de la licencia UCI al equipo kazajo impidió que el madrileño, que rechazó una oferta de más de treinta millones de euros por cuatro temporadas, cambiara de colores.

Doce meses después, con 27 años y cinco grandes victorias a sus espaldas (tres Tours, un Giro y una Vuelta), Contador puede, por fin, elegir maillot, estructura y compañeros. Un talón con muchos ceros para asegurarse la tranquilidad extradeportiva y una guardia pretoriana hecha, esta vez sí, exclusivamente a su medida, para hacer lo propio en la carretera.

De hecho, y aunque aún no se haya confirmado este extremo, es probable que sus hombres de confianza en Astaná, Benjamín Noval, Dani Navarro, David de la Fuente y Jesús Hernández -además de algunos técnicos y auxiliares-, le acompañen en su nueva aventura. Incluso se rumorea con la posibilidad de que Bjarne Riis incorpore también a Carlos Barredo, con el que la cuadrilla del pinteño mantiene una buena relación.

Trasvase

Un grupo al que se unirá la espectacular maquinaria que ha escoltado a los Schleck en los últimos años..., si es que los luxemburgueses no la incorporan a su nuevo proyecto. Ya han tentado a media docena de sus compañeros, pero el trasvase se antoja complicado.

Bien porque Riis ha recuperado argumentos deportivos con el fichaje de Contador y económicos con la continuidad de Saxo Bank en el proyecto, bien porque existen contratos en vigor, bien porque el nuevo proyecto está todavía en pañales. Y es que, según medios luxemburgueses, a estas alturas ni siquiera puede asegurarse al cien por cien que los Schleck vayan a estar en la nueva formación centroeuropea. La UCI tendrá la última palabra.

Flavio Becca, un hombre de negocios paisano de los Schleck, ya habría asegurado la sponsorización de la cadena de comida rápida Quick -cuya filial luxemburguesa pertenece a Becca-, mientras que Brian Nygaard y Kim Andersen, responsables del apartado deportivo, ya habrían solicitado la licencia correspondiente a la UCI. Si ésta llega, el proyecto echará a rodar; en caso contrario, los Schleck podrían acabar en Radioshack, donde hace tiempo que Lance Armstrong les espera, al menos a Andy, con los brazos abiertos.

No parece, de todos modos, el escenario probable. En las páginas del «Süddeutsche Zeitung», de hecho, se dan ya por cerrados los acuerdos de la nueva formación con Linus Gerdemann, Fabian Wegman -ambos en el Milram- y Jens Voigt, hasta ahora en el Saxo Bank.

También habría habido contactos, por ahora sin resultado, con sus compañeros Stuart O'Grady, Jakob Fuglsang, Chris Anker Sorensen o Fabian Cancellara. La opción del suizo -al que también colocan en la órbita del BMC-, mano derecha de Riis y con contrato hasta 2011, parece la más complicada. Al resto, que ha demostrado sobradamente su capacidad escoltando a Andy Schleck en las últimas temporadas, tendrá que convencerles Riis y su nuevo jefe de filas.