Ataques a un modelo festivo del pueblo y para el pueblo en nombre de la normalidad.
Más de 250 hosteleros y comerciantes del Casco Viejo de Bilbo suscribieron ayer un manifiesto de apoyo al modelo popular y participativo de la Aste Nagusia y al trabajo de Bilboko Konpartsak. Esta nueva iniciativa se da en un contexto en el que el alcalde, Iñaki Azkuna, y el consejero de Interior de Lakua, Rodolfo Ares, no han perdido la oportunidad de salir a la ofensiva mediática y, usando latiguillos como «presión a comerciantes» o «chantaje mafioso», han intentado llevar el debate a unos términos de orden público. Por tanto, plantean terapias de tipo policial.
Hechos como los ocurridos el pasado 25 de julio con el ataque de la Ertzantza al homenaje de los blusas y neskas a los familiares de presos vascos en Gasteiz o los innumerables ataques ocurridos en Iruñea contra cualquier expresión de fiesta popular alternativa, llegando incluso a agresiones físicas de elementos parapoliciales armados, o los que se dan en demasiados pueblos y barrios demuestran que hay una decisión política compartida y espacios de impunidad para hacer desaparecer las expresiones participativas y reivindicativas de las fiestas nuestro pueblos. Y lo llaman normalidad política.