Expertos descartan una guerra entre Israel y Líbano, a pesar de la tensión
Tras el incidente fronterizo que dejó tres muertos en la parte libanesa y uno en el bando israelí, se desencadenó una serie de advertencias entre Tel Aviv y los combatientes de Hizbulah en referencia a la respuesta que recibiría un hipotético ataque. Sin embargo, analistas coinciden al destacar que, a pesar de la tensión, ninguna de las partes considera que sea el mo- mento adecuado para iniciar otra guerra.Rana MOUSSAUI (AFP) |
Los recientes enfrentamientos fronterizos entre Líbano e Israel difícilmente podrán desembocar en una nueva guerra, ya que ni los sionistas ni el movimiento chií Hizbulah lo desean, afirman varios analistas.
«Israel tuvo una oportunidad de oro para iniciar una guerra y Hizbulah una coartada extraordinaria para `defender el país' contra el Estado hebreo», apunta a AFP Ghasan Azi, profesor de Ciencias Políticas de la Universidad libanesa, quien prevé que «la guerra no será mañana», porque «el momento no es oportuno».
El martes, un incidente costó la vida a tres libaneses -dos soldados y un periodista- y a un coronel israelí en un sector fronterizo. Al parecer, el Ejército sionista quería talar un árbol, para ver mejor hacia Líbano. Las autoridades de Beirut afirmaron que el árbol se encontraba en territorio libanés, lo que negaron los israelíes.
La Fuerza Interina de la ONU en Líbano (Finul), desplegada en el sur del país del cedro, afirmó el miércoles que el árbol estaba «del lado israelí», pero en una zona donde «el Gobierno libanés expresa reservas respecto al trazado de la Línea Azul».
La Línea Azul fue delineada por la ONU para servir de frontera tras la retirada del Ejército israelí del sur de Líbano en mayo de 2000, al término de dos décadas de ocupación.
Este enfrentamiento, evidenció la tensión y la volatilidad de la frontera, pero demostró -según los analistas- que ninguna de las dos partes está lista, al menos de momento, para iniciar una guerra.
Tras el enfrentamiento, ambas partes intercambiaron advertencias de cara a una hipotética agresión.
El líder de Hizbulah, Sayyed Hassan Nasrallah, reveló que había ordenado a sus milicianos no intervenir inmediatamente. Para Usama Safa, director del Centro Libanés de Estudios Políticos, una implicación en los combates de Hizbulah, enemigo número uno de Israel en Líbano y acusado por Tel Aviv de tener miles de misiles, hubiera desencadenado un engranaje fatal.
«Hizbulización»
«Quizás [los miembros de Hizbulah] hayan brindado un apoyo logístico y de inteligencia al Ejército, pero si hubieran combatido con ellos, se hubiera desatado una guerra regional, y eso no está en los planes actuales», agregó el analista.
El Estado sionista, sin embargo, ya ha mostrado su preocupación por una posible «hizbulización» del Ejército libanés.
«Si [el Ejército] comienza a comportarse como Hizbulah o si Hizbulah logra tomar el control [del Ejército], tendremos que tratar al Ejército libanés de otra forma», afirmó el viceministro de Relaciones Exteriores, Danny Ayalon.
Tres de los barcos que integraban la Flotilla de la Libertad atacada el pasado mayo por Israel -entre ellos el asaltado «Mavi Marmara»- fueron ayer devueltos a Turquía, según informaron fuentes oficiales de Tel Aviv.
La Justicia polaca autorizó ayer la extradición a Alemania de un presunto agente del Mossad detenido a principios de junio e implicado en la muerte del dirigente de Hamas Mahmud al-Mabhuh, en Dubai.
La calidad de vida, la economía y la seguridad alimentaria de los palestinos que viven en Gaza han resultado gravemente dañadas por el bloqueo que mantiene Israel desde hace cuatro años, según la ONU, afirmaciones que apoya Hamas. Tel Aviv lo niega al asegurar que «ni ha habido ni hay crisis humanitaria», según recoge Efe.
El director de la Oficina de Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA) en los territorios palestinos, Philippe Lazzarini, define la situación como «una crisis prolongada de dignidad humana con elementos humanitarios».
Los hechos y los datos indican que si la ONU detuviera sus operaciones, la inseguridad alimentaria y la malnutrición se doblarían. Para Lazzarini, la primera necesidad es la seguridad alimentaria ya que, según la ONU, el 70% de los gazatíes tiene problemas en este aspecto, mientras el 30% de la tierra cultivable es inaccesible debido al control israelí. Además, existen notables carencias en aspectos como el sanitario o el educativo, donde no se pueden cubrir las necesidades.
El ministro de Sanidad de Hamas, Basem Naim, opina que lo prioritario es garantizar la libertad de movimiento, tanto de bienes como de personas.
Sin embargo, las autoridades sionistas afirman, por boca del portavoz del coordinador de Actividades del Gobierno israelí en los territorios palestinos, Guy Inbar, que «no hay una crisis humanitaria en Gaza y nunca la habido, ni siquiera durante la ofensiva israelí». A su juicio la única crisis es la del soldado Gilad Shalit, y dice que los problemas de Gaza se deben a Hamas. GARA