Cuando alguien lanza la manida máxima de que «segundas partes nunca fueron buenas», inmediatamente, alguien, zanja la cuestión de manera escueta y tajante: «Sí, `El padrino 2'». En un difícil giro, incluso se podría ampliar esta respuesta con el más difícil todavía: «Es más, incluso una tercera parte como `Toy Story' es mucho mejor que las dos entregas anteriores». Ya se sabe que sobre gustos no hay nada escrito y que, cada cual, mantiene en la retina de su memoria aquellas películas que han marcado sus emociones; ya sean segundas, terceras o cuartas partes. De hecho, una película nunca debería ser clasificada por ser una secuela, precuela o remake porque, a lo largo de la historia del cine, hay un buen puñado de ejemplos que contradicen la dichosa y un tanto resabidilla máxima del «segundas partes nunca...».

No cabe duda de que la fórmula de exprimir al máximo el lucrativo caudal de la gallina de los huevos de oro siempre ha existido y existirá en un territorio tan abonado al dólar como es Hollywood. La cuestión radica en descubrir cuántos de todos estos experimentos de laboratorio cumplen las expectativas fijadas por el espectador.

Como cada año, la Fábrica de Sueños tiende a paliar su declarada crisis de ideas con un buen puñado de proyectos diseñados para sacar el mayor rédito posible. Por ello, entre los calores veraniegos, comienzan a aflorar algunos proyectos que, como en el caso de «Predators» o «Kárate Kid», tienden a vivir de las rentas de sus ilustres precedentes. En la primera, dirigida por Nimród Antal, nos volvemos a reencontrar con un equipo de soldados de élite convertidos en codiciado objetivo de un letal cazador alienígena. En esta ocasión, Adrien Brody ha sido el elegido para retomar el rol guerrero que interpretaron Arnold Schwarzenagger y Danny Glover en la primera y segunda parte de «Depredador». En el caso de «Kárate Kid», se ha tendido a «reinventar» el original dirigido por John G. Avildsen en el 84, y se han contratado los servicios del eléctrico Jackie Chan para que retome el papel de Pat Morita y a Jaden Smith para que emule a Ralph Macchio. Vigilando muy de cerca este remake, se encuentran los padres del protagonista: Will Smith y Jada Pinkett los cuales han asumido de buen grado las labores de producción.

A finales de setiembre, nuestras pantallas acogerán el estreno del remake estadounidense de aquella corrosiva comedia francesa de Francis Veber titulada «La cena de los idiotas». Jay Roach, un autor que cuenta entre sus mayores logros creativos con la divertida «Los padres de ella», ha sido el encargado de rodar la accidentada reunión que protagonizarán el dúo formado por Paul Rudd y Steve Carell, los cuales se enfrentan a la misión imposible de encarnar los personajes originales interpretados, respectivamente, por Thierry Lhermitte y Jacques Villeret.

Otra apuesta difícil de superar es la que ha asumido Matt Reeves con «Let Me In», la versión norteamericana de aquella joya del cine fantástico titulada «Déjame entrar», del sueco Thomas Alfredson y en la que se narraba una inusual historia de vampiros inspirada en la novela de John Ajvide Lindqvist.

Después del gran favor publicitario, y gratuito, brindado por el Ministerio de Cultura español, llegarán a nuestras pantallas «Saw VI y VII». Señaladas con una flamante calificación «X», estos subproductos de terror para adolescentes siguen empeñados en asustar al personal mediante escenas de tortura tan despreciables como efectivas.

El pasado año, Steven Spielberg demostró su bien ganada fama de Rey Midas cuando apadrinó un filme de muy bajo presupuesto que encontró olvidado en los almacenes de la Paramount. La película llevaba por título «Paranormal Activity», y en ella se narraba una historia que, disfrazada de falso documental, recreaba un fenómeno Poltergeist. La muy suculenta recaudación que cosechó esta modestísima realización de Oren Peli, ha inspirado una secuela rodada con más medios técnicos por Tod Williams («Una mujer difícil»).

El artesano Michael Apted («El mundo nunca es suficiente») ha sido el encargado de poner en escena «Las crónicas de Narnia: la travesía del viajero del alba», tercera entrega de la saga basada en la muy religiosa obra literaria de C. S. Lewis, con la que se pretendió emular la visionaria trilogía que Peter Jackson llevó a cabo con «El Señor de los Anillos» de J. R. R. Tolkien.

Entre tanta secuela, Hollywood también abre un hueco para productos de tan ínfima calidad como la tercera parte de «Jackass», una prolongación cinematográfica de un original televisivo que basa toda su gracia en las absurdas acrobacias perpetradas por una cuadrilla de descerebrados.

Milla Jovovich volverá a desenfundar su arsenal en la cuarta «Resident Evil». Dirigida por Paul S. W. Anderson -quien regresa a la franquicia que él inauguró en el año 2002- ha pretendido dotar de nuevos bríos a un producto agotado, inspirado en un videojuego, y en el cual su protagonista prolonga su personal cruzada contra un emporio científico, cuyos experimentos han convertido a la raza humana en una legión de voraces zombies.

En el año 1982, la compañía Disney dio en la diana con «Tron», una película de ciencia ficción que, en su día, revolucionó el discurso visual. Veintiocho años después, llega la segunda entrega en la que Steven Lisberger ha sido sustituido en las tareas de dirección por Joseph Kosinski en «Tron: Legacy», un filme rodado con las más novedosas técnicas infográficas y en la que vuelve a figurar como protagonista Jeff Bridges. Dejando a un lado las aceleradas carreras motociclistas que se desarrollan en un universo virtual, la próxima temporada cinematográfica también aportará reencuentros con la familia «Follen», que protagonizó «Los padres de ella» y «Los padres de él». En «Ahora los padres son ellos», tropezaremos con las nuevas y accidentadas peripecias que el sufrido Ben Stiller padece a manos de su temible suegro, Robert de Niro.

El colofón a este repaso de secuelas y remakes lleva por título «Harry Potter y las Reliquias de la Muerte», la última entrega de la saga basada en los originales literarios de J. K. Rowling. Dividida en dos partes, esta esperada superproducción escenificará el esperado duelo final entre el joven aprendiz de mago encarnado por Daniel Radcliffe y su temible Némesis, Lord Voldemort (Ralph Fiennes). Dirigida por David Yates («Harry Potter y la orden del Fénix» y «Harry Potter y el misterio del príncipe»), esta última propuesta promete ser una espectacular traca final animada por un reparto lujoso en el cual tienen cabida buena parte de los actores y actrices británicos más respetados del panorama interpretativo.