GARA > Idatzia > Eguneko gaiak

CRÓNICA MOVILIZACIÓN DE ETXERAT

De la Tierra a la Luna y de las cárceles a la playas por los presos

Muchos han regresado de las visitas de madrugada. Otros ya deja- ron atrás esa fase pero siguen en la calle, en la gran familia de Etxerat. Todos se juntaron ayer para llevar la realidad de los presos hasta las playas. Su sola presencia hizo reflexionar a muchos veraneantes y llenó los arenales de rostros sombríos. ¿Cómo sonreír ante la noticia de 740 presos, 36 muertes o 50 condenados de por vida?

p004_f01.jpg

Ramón SOLA

Son las doce en punto, y muchos bañistas vuelven la cabeza hacia la barandilla de La Concha. Altavoces portátiles lanzan a los cuatro vientos una pregunta lúgubre: «Did you know that there are 740 basque political prisoners scattered throughout prison within the spanish and french states?». Los veraneantes habituales en Donostia ya saben quiénes son esos hombres y mujeres de todas las edades, desde los 8 a los 80 años aproximadamente en este caso, que acaban de echar a andar con sus banderolas de ``Euskal presoak Euskal Herrira''.

Un bañista de bastante edad y con acento inequívocamente catalán hace de guía para sus compañeros de paseo: «Son los de los presos de ETA. Vienen todos los años. Ahora se irán hasta la otra punta y luego bajarán a la playa con la pancarta». Un joven con una camiseta del Betis no aparta la vista del silencioso cortejo, más de un centenar de personas, hasta que acaba de pasar el último aita, la última hermana. No hay sonrisas, y menos aún cuando empieza a leer la octavilla que le entrega la madre de un prisionero: «¿Sabes que los presos se encuentran a una distancia media de 680 kilómetros respecto a sus lugarse de origen? ¿Sabías que el gasto medio provocado por la dispersión en cada familia es de 2.000 euros mensuales?»

Un grupo de patinadores franceses se detiene en el bidegorri para recoger la información, redactada también en su idioma: «¿Sabías que 21 presos y presas políticas han muerto en prisión o fuera de ella, y que 16 familiares, amigos o amigas han muerto cuando se dirigían a una visita?». Los patinadores deciden sentarse junto a La Perla para terminar de leer la nota. Y lo mismo hacen tres jóvenes australianos -dos chicas y un chico- que primero han sacado algunas fotos de la comitiva: «¿Sabes que a 50 presos y presas políticas les han aplicado de facto la cadena perpetua? ¿Sabías que existen cinco presos y presas políticas vascas con enfermedades graves e incurables, enfermedades que matan, y que no los liberan?».

Receptividad y respeto

Seguimos por el Paseo, abarrotado de gente. Aproximadamente el 80% recoge la información para guardarla en el bolsillo o para leerla inmediatamente. Se observa que quienes empiezan a hacerlo, no se detienen ya hasta el final, y es que los datos no pueden dejar indiferente a nadie. El resto de los paseantes rehúsa educadamente el papel. Pero, pese a la propaganda oficial, son muy pocos los que rechazan el contacto con los familiares: sólo un hombre hace una pelota con la hoja con gesto crispado, y otro pregunta airadamente «¿y los muertos?». «¿Y qué se cree usted, que nosotros no tenemos muertos?», le responde una familiar. La respuesta está también en esa misma octavilla que se niega a leer.

Predomina el respeto hacia los familiares. Más que respeto, empatía con quienes sufren también una condena enorme, innegable a la luz de los datos ofrecidos. «Igual luego despotrican cuando ven la televisión, pero a nosotros nadie nos dice nada. ¿Qué nos van a decir?», confirma una de las veteranas de Etxerat.

Tras llegar hasta el Pico del Loro, es hora de «mojarse» de verdad. La caravana se divide en dos grupos: una de las pancartas hace el recorrido de vuelta por el Paseo de La Concha y la otra muestra su mensaje a lo largo de toda la playa, que hoy está abarrotada. Esto llena de satisfacción a los participantes en la iniciativa, a los que el año pasado el calendario les deparó una mañana de lluvia. Hoy, por contra, la arena está llena, las hojas informativas se reparten como churros, y la Ertzaintza no ha aparecido, aunque los marchistas siempre miran de reojo por si acaso.

Para ellos, se trata de una fecha fija en el calendario: primer domingo de agosto. La mayoría ni recuerda desde cuándo se hace esta iniciativa. Ya son cerca de quince años, desde mediados de los años 90, cuando la reivindicación de la repatriación tomó gran fuerza en Euskal Herria. Luego ha habido todo tipo de vaivenes políticos, pero los familiares siguen ahí, año a año. Si, como dice la hoja, cada fin de semana recorren dos veces la distancia entre la Tierra y la Luna, ¿cómo no van a ir de las cárceles a las playas?

Como remarca Etxerat, «no sabemos lo que son las vacaciones, porque los derechos de nuestros familiares, amigos y amigas encarcelados son continuamente pisoteados». Recuerda que ahora el Estado español ha incorporado los cacheos humillantes y el francés recurre al abuso del mitard. Citan las huelgas de Mikel Geresta y de Jabi Abaunza, el caso de Jon Anza o las detenciones de personas que hacían vida pública en Lapurdi, Italia o Inglaterra. Y concluyen que hay que poner fin a todo ello «para que vuelva a salir el sol en Euskal Herria».

Durante una hora, en La Concha todas las miradas han sido para un mismo mensaje: «Euskal Herrira, dagozkien eskubideen jabe». Objetivo logrado, por partida doble. Han informado, y también se han visibilizado en estos tiempos de censura. «Ahora, a ver cuándo dejamos de ver esa pancarta», dice afectuosamente un hombre que se acerca a saludar a los familiares.

GLOBOS Y BARCOS

En varios sitios, los símbolos por los presos no sólo se dejaron ver en la arena y los paseos, sino también en el agua. En Gros se elevó con globos una banderola. En Mutriku hubo siete barcos con banderola, en Ereaga tres, y en Sopela surfistas solidarios.

TAMBIÉN EN GASTEIZ

En la capital alavesa, que celebra sus fiestas de La Blanca, no quisieron perderse la ocasión de apoyar a los presos en esta jornada, de modo que también se celebró una concentración. Fue en la Plaza Correos y reunió a unas 75 personas.

IDENTIFICADO EN ZARAUTZ

La jornada se saldó esta vez con menor presencia de la Ertzaintza. Etxerat sí dio cuenta de un incidente en Zarautz, en el que al parecer una persona fue identificada cuando el acto por los prisioneros ni siquiera había comenzado.

OTROS PUNTOS

En Ondarroa hubo más de 300 personas, 140 en Bakio, 90 en Deba, 240 en Hendaia, 210 en Lekeitio, 182 en Gorliz, 102 en Ereaga, 81 en Hondarribia, 275 en toda Donostia, 175 en Zarautz, 30 en Angelu, 175 en Zarautz, 220 en Orio, 120 en Mutriku, 60 en Sopela...

Imprimatu 
Gehitu artikuloa: Delicious Zabaldu
Igo