Juanjo Basterra Periodista
Las crisis se crean para recortar derechos laborales
Tengo que reconocer que esta tesis no es propia. Ya la escuché tiempo atrás. Pero viendo cómo se está desarrollando la crisis económica actual y, sobre todo, quiénes son los que se han beneficiado y quiénes no, ya no tengo dudas: el sistema capitalista provoca crisis cada cierto tiempo para autorregenerarse y para recortar, sin duda alguna, los derechos que los trabajadores van consiguiendo con la lucha ante escenarios de crecimiento y ganancias elevadas.
Al final de cada crisis se comprueba con claridad que los trabajadores tienen menos derechos laborales, sociales y salariales. Ésa es la clave. Porque los neoliberales apelan al sentido común, que lo tienen en el bolsillo, para chantajear y meter miedo a los trabajadores. Si no se reducen los puestos de trabajo, si no se bajan los salarios y si no empeoran las condiciones laborales, la economía no puede sostener tanto gasto.
Pues sí. Todavía estamos en crisis, algunos creo que no saldremos de la misma en el tiempo que nos quede de vida, pero resulta que las empresas están logrando beneficios económicos elevados. Dos años después de que estallara la crisis de la economía real y que nos anunciaran tantos peligros, resulta que algunos han vuelto a los beneficios astronómicos. ¿Dónde está el milagro? No lo hay.
Hicieron aparecer una crisis que permitió romper esa bola inmensa en que se habían convertido las finanzas mundiales. La hicieron estallar y nos metieron el miedo en el cuerpo para conseguir despidos baratos y obtener ayudas oficiales gratuitas. De paso se cargaron esa idea de subir los impuestos para la élite económica y empresarial y se olvidaron de que una parte importante de los recursos económicos se encuentran fuera del alcance de las arcas públicas. Están en los paraísos fiscales. Mientras tanto, las empresas han adelgazado en coste laboral, han conseguido elevar los beneficios y les han aprobado una reforma laboral que sólo recorta derechos. Llegarán otras, por desgracia. Con todo, tenemos que escuchar a gobernadores y presidentes de bancos pidiendo que nos bajen los salarios o nos recorten las pensiones. Lo dicen quienes no se tienen que preocupar por el sueldo.