Belén MARTÍNEZ Analista social
El imaginario etnonacional francés
Sarkozy pretende quitar la nacionalidad francesa a «toda persona de origen extranjero que atentara contra la vida de un policía, un gendarne o cualquier otra persona investida de autoridad pública». El ministro del Interior quiere extender la medida a «los polígamos y a los autores de excisión, trata de seres humanos o actos de delincuencia grave».
La 'douce France', que se despierta con Montesquieu y anochece con Rousseau, y siempre dispuesta a dar lecciones sobre lo universal, ofrece una imagen de quiebra total de esos valores republicanos que no cesa de invocar. La igualdad solo se inscribe en los frontispicios de los edificios públicos...
... Brice Hortefeux libra una cruzada particular contra Lies Hebbadj. Le acusa de ser polígamo 'de hecho', de haber percibido prestaciones sociales de manera fraudulenta y de ser un infractor de la Seguridad Social. Lies se defiende: «En Francia, tener amantes no está prohibido». Hortefeux despliega su arsenal judicial, policial y mediático. Lies es arrestado provisionalmente, tras ser acusado por una ex-compañera, que él habría repudiado, de violación y otras violencias acaecidas entre 2003 y 2007. Todo un culebrón con diferentes elementos etnoculturales.
Quitarle la nacionalidad a Hebbadj representa otra vuelta de tuerca de las políticas racistas, como las expulsiones masivas de roms. La Constitución francesa garantiza (?) la igualdad ante la ley sin distinción de origen, raza o religión, y respeta todas las creencias. ¿Retirarán la nacionalidad a Johnny Hallyday y a Liliane Bettencourt, por fraude? ¿Se atreverán con François Mitterrand, por concubinato?