Jonathan Powell, el que fuera jefe de gabinete del ex primer ministro británico Tony Blair e interlocutor de su Gobierno en el proceso de paz en el norte de Irlanda, abogó ayer por dialogar con el grupo Al-Qaeda.

Powell exigió a los gobiernos occidentales que no cierren la puerta al diálogo y manifestó que la principal dificultad sería encontrar a alguien dentro de la red que liderada Osama bin Laden dispuesto a establecer contacto, informó Efe.

Powell argumentó su opinión afirmando que «ningún grupo debe estar más allá del terreno de las conversaciones, incluido Al-Qaeda». Sin embargo, añadió que hay que ser realista sobre lo que significaría hablar con este grupo, ya que sería un proceso de «muy larga duración».

En la práctica, Powell consideró que sería más fácil entablar negociaciones con grupos vinculados a Al-Qaeda, como Abu Sayaf en las Filipinas o Shahab en Somalia. Asimismo, apuntó que sería más factible iniciar conversaciones con los talibán en Afganistán, algo que ya defendió el anterior Gobierno laborista británico, pero advirtió también de que igualmente sería un proceso difícil que se prolongaría en el tiempo.

«Asumiendo que se pueda establecer contacto con ellos, uno querría tener una negociación secreta, porque cualquier cosa que ocurriera en público sería imposible. Para Occidente, porque todavía combaten contra los talibán, y para ellos, porque no quisieran que se interpretara que hacen concesiones», afirmó.

Jonathan Powell recordó, además, que la Historia ha demostrado, como en el caso del norte de Irlanda, que las negociaciones sólo son factibles cuando ambas partes aceptan que no pueden ganar. Por ello, estimó que es un error que las tropas ocupantes hayan lanzado el mensaje de que saldrán de Afganistán con el argumento de que han logrado su objetivo de estabilizar el país.