El Gobierno francés baja medio punto su previsión de crecimiento para 2011
Nicolas Sarkozy suspendió ayer sus vacaciones y convocó al núcleo duro de su Gabinete para analizar la situación económica del Estado francés. Y el resultado de ese análisis fue una rebaja de medio punto en las previsiones de crecimiento para el próximo ejercicio, del 2,5% al 2%. El Ejecutivo galo indicó que su prioridad en los próximos meses será reducir el déficit público al 6%, y para ello recortará 10.000 millones de euros en deducciones fiscales y sociales.GARA |
El Gobierno francés revisó ayer a la baja, del 2,5 al 2%, su previsión de crecimiento para 2011, y mantuvo la de este año en el 1,4%. «La perspectiva de crecimiento del 1,4% se alcanzará o superará en el año 2010, mientras que en el siguiente ejercicio se situará en el 2%», señaló el Elíseo en un comunicado difundido al término de la reunión que mantuvo el presidente Nicolas Sarkozy con algunos de sus ministros para evaluar la situación económica.
Para el presidente, la reducción del déficit público al 6% del Producto Interior Bruto (PIB) en el próximo ejercicio «constituye un objetivo principal para el país», independientemente de cuál sea el nivel de crecimiento, según señala la nota oficial, de la que se hizo eco la agencia Efe.
La reducción del déficit se hará recortando el gasto público, con medidas como la supresión o reducción de algunas desgravaciones fiscales vigentes en la actualidad. En total, se eliminarán en el otoño deducciones «fiscales o sociales» por valor de 10.000 millones de euros.
La nota no concretó a qué partidas afectarán esas medidas, pero algunos medios de comunicación avanzaron que entre las exoneraciones que se verán afectadas estarán las que se aplican a la compra de vivienda o las calificadas de «verdes».
En ese segundo grupo se incluirían, por ejemplo, las de la instalación de equipamientos ecológicos, como pueden ser los paneles fotovoltaicos que reducen el consumo eléctrico, o las subvenciones a los biocarburantes, entre otras.
Por contra, »no aumentarán ni el impuesto sobre la renta, ni el IVA ni el impuesto de sociedades» y se mantendrá el valor de las transferencias del Estado a las colectividades territoriales.
En el encuentro participaron el primer ministro François Fillon y los titulares de Economía, Christine Lagarde, y de Presupuestos, François Baroin.
Cuando parecía que el encuentro entre Elena Salgado y José Blanco había zanjado el debate en torno a la subida de impuestos en el seno del Gobierno español, el comisario europeo y ex líder del PSOE, Joaquín Almunia, declaró ayer que hay que subir los impuestos en el Estado español porque la tributación debe ser más alta «en los países en los que la presión fiscal es más baja que las necesidades que se quieren financiar».
En una entrevista publicada por la revista Vanity Fair, Almunia señaló, en este sentido, que los esfuerzos que hay que hacer en este tiempo de crisis deben «repartirse», porque «si los que menos tienen son los que más se rascan el bolsillo eso es una injusticia contra la que se rebelan los ciudadanos».
Asimismo, el ex candidato a la presidencia española defendió la reforma del mercado laboral promovida por el Gobierno de Zapatero -que está en las últimas fases de su trámite parlamentario- porque, argumentó, hay que resolver el problema que tiene el Estado español de que cada vez que hay una caída de la actividad económica el desempleo crece a mucha mayor velocidad que en el resto de Europa. GARA
La vicepresidenta primera del Gobierno español, María Teresa Fernández de la Vega, aseguró ayer que todavía hay tiempo para negociar el apoyo de los grupos políticos a los Presupuestos Generales del Estado del año que viene. «Tenemos todavía todo el mes de setiembre para seguir hablando», afirmó la número dos del Gabinete de Zapatero en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros, en la que también dijo que está en marcha la negociación con el PNV, partido que, junto con Coalición Canaria (CC), apoyó el año pasado las cuentas del ejercicio 2010.
De la Vega insistió en que hay que «darse más tiempo» para conseguir el respaldo, no sólo de la formación jeltzale, sino también del resto del grupos del Congreso, dado que el objetivo del Gobierno es lograr el «máximo consenso posible» para aprobar las cuentas de 2011.
Según dijo, las cuentas del próximo año tienen «si cabe» más importancia que las de años anteriores, porque deben ajustarse a una situación económica de crisis, pero al mismo tiempo no pueden desviarse del objetivo de déficit público comprometido, limitado al 6% del PIB para el conjunto de 2011. GARA