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Rusia se reserva el papel de gendarme del Cáucaso para «garantizar la paz y el orden»

El presidente ruso, Dmitri Medvedev, dejó ayer claras las ambiciones geopolíticas de Moscú en el Cáucaso al hacer hincapié en que Rusia seguirá ejerciendo en control sobre esa región estratégica escenario de varios conflictos. «La misión de Rusia como el país más grande y poderoso de la región es garantizar la paz y el orden», afirmó Medvedev. Rusia afianzó su presencia militar en el Cáucaso con la firma de un acuerdo que prorroga su presencia militar en Armenia hasta 2044.

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El jefe del Estado ruso, Dmitri Medvedev, afianzó la presencia militar de Rusia en el Cáucaso al firmar ayer con su homólogo armenio, Serzh Sarksyan, un acuerdo a través del cual se prolonga hasta 2044 la permanencia de su base militar en Armenia, al tiempo que se compro- metió a garantizar la seguridad en toda la región.

Dos años después de la guerra entre Georgia y Rusia, Medvedev dejó claro durante su visita a Armenia que la paz en el sur del Cáucaso, región integrada por las ex repúblicas soviéticas de Armenia, Azerbaiyán y Georgia, es responsabilidad de su país.

«La misión de Rusia, como el país más grande y poderoso de la región (...) es garantizar la paz y la legalidad. Rusia se toma muy en serio sus obligaciones de aliado», aseguró Medvedev tras su encuentro con Sarksyan, durante el cual sus ministros de Defensa firmaron el acuerdo por el que se amplía hasta 2044 la presencia militar rusa en Armenia, donde permanecen desplegados unos 3.500 soldados rusos, informó AFP. Medvedev tachó de «estratégicas» las relaciones entre ambos países.

Según el anterior acuerdo, firmado en 1995, las tropas rusas podían permanecer en territorio armenio hasta 2020, pero ambas partes estaban interesadas en prolongar la permanencia de la base militar otros 24 años más, indicó Efe.

Sarksyan explicó que el anterior pacto «limitaba el funcionamiento de la base de Guiumri (frontera con Turquía) a las fronteras exteriores de la antigua Unión Soviética» y que en el nuevo acuerdo «esta restricción ha sido retirada».

Armamento moderno

«La parte rusa ha asumido el compromiso de garantizar conjuntamente la seguridad militar de la República de Armenia y, por tanto, de pertrechar a nuestras Fuerzas Armadas con armamento moderno», comentó Sarksyan, quien añadió que Moscú defenderá a Armenia, su principal aliado en el Cáucaso, frente a Azerbaiyán.

Ambos vecinos mantienen pésimas relaciones debido al apoyo de Ereván al enclave de Nagorno- Karabaj, una región azerí mayoritariamente armenia. Este territorio, unido a Azerbaiyán durante el período soviético, proclamó su independencia tras una guerra que causó 30.000 muertos y cientos de miles de refugiados entre 1988 y 1994. Las escaramuzas con consecuencias mortales se producen con regularidad.

Ayer, ambos presidentes abogaron por la «pronta solución» de ese conflicto «exclusivamente a través de medios pacíficos», y Medvedev se mostró dispuesto a mediar entre armenios y azeríes.

Según la prensa azerí, Bakú podría dar luz verde a Turquía para que instale una base militar en su territorio y responder así a la decisión de Ereván.

Armenia integra, junto a Bielorrusia, Kazajistán, Kirguizistán, Tayikistán y Uzbekistán de la Organización del Tratado de Seguridad Colectiva (OTSC), alianza político-militar de la comunidad postsoviética liderada por Rusia y que opera como la OTAN en caso de agresión exterior contra alguno de sus miembros.

Según expertos citados por Efe, con el acuerdo firmado ayer Rusia refuerza su posición militar en la frontera oriental de la OTAN, que aún no ha descartado el ingreso de Georgia. A día de hoy, la frontera armenia con Turquía e Irán es vigilada por guardias fronterizos rusos.

Rusia se vio obligada a trasladar en 2005 a Armenia armamento y equipos militares tras el cierre de sus dos bases en Georgia, y cuenta con instalaciones en Osetia del Sur y Abjasia, lo que la OTAN ve inaceptable.

Zona estratégica de influencia

El sur del Cáucaso es tanto más importante para Rusia en cuanto que es un punto de tránsito estratégico para los hidrocarburos del mar Caspio. Pero desde la desintegración de la URSS, Moscú ha perdido gran parte de su influencia. Georgia se ha acercado a EEUU y la OTAN, mientras que Azerbaiyán abrió sus vastas reservas de crudo a las compañías occidentales. Entre el mar Caspio y Turquía se ha construido un oleoducto que abastece los mercados europeos evitando territorio ruso.

Moscú, no obstante, nunca ha dejado de operar en la región, apoyando en el sur desde 1990 a las repúblicas de Osetia del Sur y Abjasia frente a las autoridades de Tbilissi, a las que considera demasiado «desobedientes». Mientras, la desestabilización se extiende desde 1994 por el norte del Cáucaso tras las dos guerras en Chechenia y la rebelión islamista que les siguió y se propaga por sus repúblicas.

Dmitri Medvedev ha asegurado en varias ocasiones que regiones del espacio postsoviético como el Cáucaso son zonas espe- ciales de influencia en las que Rusia no acepta injerencias.

planta atómica

Medvedev y Sarkissian repasaron también la cooperación económica y la marcha de importantes proyectos que llevan a cabo en Armenia compañías rusas, y acordaron la financiación y construcción de una nueva planta atómica en el país.

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