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«Creemos que los músicos somos diferentes, pero compartimos inquietudes con otras disciplinas»

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XABIER MARIÑO

COMPOSITOR

Xabier Mariño es un joven compositor nacido en Ponteareas, un pueblo de gran tradición musical en la provincia de Pontevedra. Estudió composición en Musikene y desde entonces ha desarrollado una carrera con profundos intereses también en otras disciplinas artísticas. Esta tarde, su última creación, «Xehatu», será la que inaugure el Ciclo de Música Contemporánea de la Quincena Musical.

Mikel CHAMIZO | DONOSTIA

Además de la obra de Mariño, el concierto de esta tarde, protagonizado por el Smash Ensemble, incluye obras de Luis de Pablo (autor homenajeado por la Quincena en su ochenta aniversario), Salvatore Sciarrino, Helmut Lachenmann y Brian Ferneyhough.

¿Sobre qué trata «Xehatu»? ¿Por qué eligió un título en euskara?

Está escrita para una curiosa formación de violín, piano y guitarra, tres instrumentos complicados de compensar entre sí. En un principio, me interesaba escribir una pieza en la que aplicar el concepto de fragmentación. Tenía ganas de titular la obra en euskara, por todo el tiempo que he estado viviendo en Donostia. Cuando apareció la palabra «Xehatu» me gustaron las muchas acepciones que tiene, como despiezar, triturar, moler... Me gusta porque aporta referencias al oyente pero no una identificación inequívoca de lo que va a escuchar. Ya lo he hecho antes con piezas como «La sombra del sol». El título sirve para abrir el acceso a un lugar imaginario

¿Está «Xehatu» dentro de alguna línea de investigación sonora concreta?

En mis últimas obras he trabajado mucho en torno a la desestructuración de la forma musical. Los compositores nos preocupamos mucho de la estructura de nuestras obras, y yo decidí que quería jugar con los cambios inesperados, con el riesgo premeditado de perder el hilo de la escucha tal como se la entiende habitualmente. También me interesa el collage. En los últimos años he tenido la suerte de convivir con otros artistas plásticos y se ha acentuado mi interés por aquello que es interdisciplinar, que ya venía de antes. De hecho, la obra anterior a «Xehatu» fue una instalación interactiva en el Museo Contemporáneo de Vigo.

¿Se siente a medio camino entre Galicia y Euskal Herria?

Aunque no sé hablar euskara, en los cinco años que he pasado en Donostia he interiorizado muchas expresiones del idioma, como «aupa» o «kaixo». Volví a Galicia y seguía usándolas sin darme cuenta. Donostia es una ciudad en la que he vivido unos años muy importantes de la vida, entre los 19 y los 24, una etapa muy importante en mi formación como compositor y como persona. Considero a Donostia mi ciudad.

Terminó la carrera de composición en Musikene hace tres años. ¿Fue duro abandonar el ambiente protector del conservatorio para enfrentarse a la vida real?

Resultó complicado. Además de la propia enseñanza, lo que es muy enriquecedor de los conservatorio es el contacto con los músicos. Es lo que más echo de menos, el contacto de primera mano con cualquier instrumentista, la posibilidad de poder aprender de él y plantearle dudas. La de ahora es una fase diferente, me lo tengo que trabajar de otra manera. De todas formas, también tuve la suerte de ganar una beca de la Fundación Antonio Gala, por lo que al salir de Musikene me pasé nueve meses en Córdoba rodeado de artistas de todas las disciplinas. Fue un gran complemento a mi formación y creo que los conservatorios deberían estar mucho más en contacto con creadores de otras artes. Creemos que los músicos somos diferentes, pero cuando te acercas a otras disciplinas descubres que compartimos muchos intereses, inquietudes y líneas de trabajo.

¿Puede, en estos momentos, vivir de la composición?

Vivir de componer es casi una tarea imposible. Sólo algunos privilegiados lo consiguen. La salida principal para la mayoría de los compositores es la pedagogía, y esa es mi meta ahora mismo. Sería un lujo poder ganarme la vida componiendo, pero también me gusta mucho la enseñanza y creo que sería una experiencia muy enriquecedora el trabajar con alumnos, pues al querer remover la mente a los demás también lo haces contigo mismo.

Como ex alumno de Musikene, ¿cómo ha visto toda la polémica que se ha generado en torno al centro?

No conozco los detalles de todo lo que ha pasado, pero me ha dado un poco de pena. Musikene apuntaba y despuntaba a muy alto nivel y me da la sensación de que algo de ese carácter se va a perder. Es muy importante para la salud musical del Estado que haya centros fuertes y referenciales que puedan competir con los extranjeros. Eso se estaba logrando, porque en mis años allí llegaban muchos extranjeros a estudiar al centro. Eso da una pista del nivel que había.

CLAROSCUROS

«Me gusta el título `Xehatu' porque aporta referencias al oyente, pero no una identificación inequívoca de lo que va a escuchar»

MUSIKENE

«Musikene apuntaba y despuntaba a muy alto nivel y me da la sensación de que algo de ese carácter se va a perder»

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