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El cubo de agua, De piscina olímpica al mayor parque acuático de Asia

Dos años después de los Juegos de Beijing, la mayoría de infraestructuras olímpicas de la capital china languidecen sin un futuro claro. Pero el Cubo de Agua, que albergó la competición de natación, sí que ha sabido reinventarse para convertirse en el mayor parque acuático de Asia.
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El recinto en el que se batieron 28 récords del mundo durante los Juegos Olímpicos de Beijing'2008 es ahora el escenario de los miles de chapoteos titubeantes de bañistas que pretenden emular, con chaleco salvavidas y más pena que gloria, las hazañas del nadador estadounidense Michael Phelps.

"The Happy Magic Watercube Waterpark", nombre escogido por los gestores, suma 77.000 metros cuadrados de toboganes, piscinas de olas, atracciones y descensos, con un diseño abigarrado que parece extraído de la mente de Tim Burton. Según datos oficiales, la inversión necesaria para adaptar el Cubo de Agua a su nueva funcionalidad ascendió a 350 millones de yuanes (51 millones de dólares, 40 millones de euros). Sin embargo, la reforma no ha afectado la zona de competición profesional, con 6.000 asientos para espectadores, que seguirán utilizándose para eventos como la Copa del Mundo de natación en piscina corta, a finales de 2010.

La instalación permanecerá abierta todo el año aprovechando que se encuentra bajo techo y, además, en el interior de uno de los símbolos, junto con su vecino el estadio olímpico bautizado como El Nido de Pájaro, del Beijing cosmopolita. El folleto promocional del parque acuático destaca la presencia de un tobogán «con una caída libre vertical de 12 metros, formas de arrecife tropical, abstractas, aumentadas y suspendidas en el espacio, como si estuvieran flotando», o una piscina «con arena de playa».

Las colas interminables en los toboganes atestiguan la expectación despertada. Niños y no tan niños saltan, nadan, se sumergen, bracean y corretean incansables por cualquier parte bajo los ojos atentos de los socorristas, que reconocen no descansar ni un instante ante la avalancha humana que cada día invade el recinto.

Tres mil personas al día

Y es que, a pesar de que el agua apenas alcanza el metro de profundidad, la mayoría de los visitantes, poco hábiles en el medio acuático, se adentran en las piscinas con pasos temerosos. «Llevamos dos semanas abiertos y cada día acuden de media unas 3.000 personas. Prevemos que se puedan recibir hasta 1,8 millones de visitantes por año», aclaran desde la oficina de comunicación del Centro Acuático Nacional, denominación oficial del Cubo de Agua.

El perfil de visitante, explican, es el de una familia tipo china -padres e hijo único, habitual por la política de control de natalidad del gigante asiático ante la superpoblación de un territorio con más de 1.300 millones de habitantes- que aprovecha para visitar las instalaciones olímpicas. «He venido con mi hija, por primera vez. Estamos disfrutando del tiempo en familia y veo que hay mucha gente. ¡Es genial!», señala Liu, una visitante local. Sin embargo, a pesar de la masiva ilusión, los precios se alejan bastante del bolsillo chino popular: 200 yuanes para los adultos (29 dólares, 23 euros) y 160 yuanes para los niños (23,5 dólares, 18,5 dólares).

Guillem MARTÍNEZ PUJOL EFE

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