El txupinazo, que se lanzó a las doce en punto desde el ayuntamiento, daba paso ayer en Irunberri a unas fiestas que, aunque se han hecho esperar, los vecinos de la localidad recibieron con ganas. A las 11.30 se realizó la entrega de premios a los carteles de fiestas y al mediodía el alcalde, Mauro Gogorcena, fue el encargado de encender la mecha que daba comienzo a seis días de fiesta.

Como señaló Raquel Usoz, concejala de Cultura, el pueblo no tiene un día grande, pero se puede afirmar que «todos los días tienen algo especial». Así, cabe destacar el Gazte Eguna, que se celebra por tercer año consecutivo o el Día de los Calderetes.

En esta localidad navarra no se concibe un programa festivo sin la Txaranga. Se ha vuelto imprescindible y es que lleva animando y ambientando las calles «desde siempre». Hoy en día todos los componentes tienen algún estudio de música. Sin embargo, recuerdan que antiguamente «la gente tocaba de oído» y, probablemente, eso hizo que lograra consolidarse como un elemento sustancial de las fiestas.

Sin perder el tiempo

En lo que se refiere al presupuesto, este año ha habido una pequeña reducción, que se ha hecho notar sobretodo en la reducción de días. Si bien el año pasado duraron una semana entera, este año han suprimido una jornada, pero aseguran que «no falta de nada».

Hoy, día de San Ramón, las dianas y los gaiteros cogen el relevo a todos los que ayer comenzaron fuerte. Ya por la tarde, los más txikis podrán disfrutar del espectáculo de humor «Argotu».

El encierro, la txaranga, las actuaciones infantiles, el baile de la Era y la comparsa de gigantes y cabezudos se repetirán en los próximos días.