Mujeres que se resisten a la tiranía de la canción del verano
Los grandes medios encumbran a Shakira y Lady Gaga como las artistas más importantes del panorama musical actual. El discurso generalizado apunta directamente a las formas, pero casi nunca va más allá de la superficie. A nadie le importa si detrás de la imagen se esconde algo más que un producto. En la otra cara de la moneda hay un grupo de cantantes y compositoras que viven al margen del gran público, resistiendo y creando su propio lenguaje musical.
Izkander FERNANDEZ | BILBO
Existe otro mundo bajo la corteza. La importancia del producto, la necesidad de optimizar beneficios y de asegurarlos ha creado una cortina de humo tan aburrida como peligrosa. Los grandes medios de comunicación y las multinacionales discográficas proponen un modelo musical basado en la artificialidad y la inmediatez. Un mecanismo que haga sonar constantemente el timbre de la caja registradora.
Ahora que termina el verano, es un buen momento para reflexionar al respecto. Después de cinco o seis canciones del verano posibles y el bombardeo masivo al que ha sido sometido el planeta mediante el «Waka-Waka», cabe pensar que la mente humana está capacitada para ir más allá de una composición tan bobalicona como insulsa.
Porque Shakira, esa chica que ha vendido el Mundial de fútbol mejor que los propios futbolistas, está capacitada para más y así lo ha demostrado a lo largo de su carrera. No hay más que escuchar temas como «No» o «La Pared» para certificar las habilidades de la colombiana.
Sin embargo, el verano ha vuelto a hacer su trabajo, sucio, y en los más recónditos lugares del globo hay alguien capaz de marcarse los pasos de la coreografía del «Waka-Waka». Y mientras, bajo esa corteza, tras esa cortina de humo, hay un universo inmenso en el que otras mujeres crean sus propias reglas sin necesidad de romper las listas de ventas en el período estival.
En esa otra cara de la moneda y bajo ese otro discurso se mueven artistas como Melissa Auf Der Maur, Florence And The Machine, Joanna Newsom, Lissie, Feist o Bat For Lashes. Mujeres que a lo largo del último lustro han puesto una nueva cara al pop y al rock independiente hecho por mujeres para todos los públicos. Del soul al stoner rock, de un cristalino piano a una crujiente guitarra, ellas son las herederas de una escena liderada en el pasado reciente por Tori Amos, PJ Harvey y Björk, entre otras.
Melissa Auf Der Maur puede ser considerada la reina del stoner rock. Para el nacimiento de su primer disco, «Auf Der Maur» (2004), la bajista contó con la ayuda de los miembros más importantes de la citada corriente musical, destacando la presencia de Josh Homme, fundador de Kyuss y líder de Queens Of The Stone Age, una de las bandas rockeras más importantes de la actualidad.
Auf Der Maur ama el rock áspero y oscuro cercano a Black Sabbath y así lo demostró en su debut con temas como «Followed the Waves», «Real Lie» y «Taste You». Melodías vocales y densidad guitarrera fueron las bases del primer disco de una bajista contrastada que ha figurado en la nómina de importantes formaciones de los noventa. Y es que la canadiense pasó por las filas de Smashing Pumpkins y Hole, el grupo de Courney Love, la viuda de Kurt Cobain. Junto a Hole vivió además el momento de mayor repercusión de la formación liderada por Love.
Recientemente, Auf Der Maur ha publicado su segundo disco de estudio, «Out of Our Minds». En él ha contado con la colaboración de Glenn Danzig, un monstruo del rock oscuro que ha puesto la voz en «Father's Grave». A diferencia de su predecesor, «Out of Our Minds» resulta más denso y responde a una propuesta conceptual y multidisciplinar ideada por la bajista.
El proyecto «OOOM» está compuesto por diferentes fotografías tomadas por la propia artista y una película de corte experimental en la que Auf Der Maur da rienda suelta a su imaginación entrelazando diferentes ideas que van desde vikingos hasta un accidente de tráfico. Todo este trabajo ha tenido que realizarlo a la espalda de una industria, que sí la apoyó en su debut pero que la ha ignorado de cara a su segundo paso discográfico.
Nueva ola
Dejando a un lado los terrenos corrosivos y pantanosos de Auf Der Maur, merece la pena centrarse en la ópera prima de Lissie, una nueva artista perteneciente a una nueva ola de rock americano que no da la espalda a la comercialidad. La historia de Lissie nace con un EP de 2009 titulado «Why You Runnin'».
Una sencilla carta de presentación como un EP le bastó a Lissie para que prensa e industria se diesen la mano y llamasen a su puerta. Columbia fue quien se interesó por su fresca mezcla de country rock y pop para todos los públicos y le ofreció la posibilidad de publicar su primer disco bajo el amparo del sello. «Cathching a Tiger» es el título de su primer ejercicio de larga factura y en él brillan temas como «In Sleep» o «Cuckoo».
Mutación
La arpista Joanna Newsom sobresaltó a la prensa especializada, así como al público de la escena independiente en 2006 con «Ys». El segundo trabajo de la californiana contaba con cinco temas de una duración media de once minutos, donde Newsom daba rienda suelta a un folk desbocado que buscaba nuevos impulsos en el rock progresivo.
Hace escasos meses Newsom publicó «Have One on Me», su tercera obra de estudio, y el sobresalto causado por «Ys» dio paso a otro tipo de sorpresa. Prácticamente todo aquello que convertía «Ys» en un clásico instantáneo de la música independiente no existía en «Have One on Me». Los arrebatos progresivos y la voz sobrenatural de Newsom se fueron para dar paso a un pop distendido y fronterizo con el jazz que no alcanza el nivel de su predecesor.
Florence Welch es la culpable de que dos géneros musicales tan cruzados como el pop de raíces independientes y el r&b se hayan tocado de lleno para lograr un éxito sin precedentes por parte de crítica y público.
Welch daba sus primeros tumbos musicales por el mundo en 2006 cuando tras una broma surgió su nombre artístico, Florence And The Machine. No fue hasta verano de 2009 cuando consiguió publicar su primer larga duración. «Lungs» debutó en las listas de ventas inglesas en julio de 2009 en el número dos. No fue una sorpresa ya que, como ocurre a menudo, la prensa británica la propuso como la nueva esperanza de la maltrecha industria discográfica.
Sus videoclips inundaron las televisiones de medio mundo gracias a una imagen que se debatía entre la oscuridad y la inocencia. Sencillos como «Kiss with a Fist», «Dog Days Are Over» y «Rabbit Heart (Raise It Up)» le mantuvieron en los primeros puestos de las listas inglesas sin llegar nunca a alcanzar la cima durante 2009.
«Lungs» es un ejercicio preciosista que busca el equilibrio entre el soul y el rock, entre las coreografías de la MTV de la última década y el movimiento visceral de quien no sabe moverse con soltura. Porque en los recovecos de «Lungs» hay baladas, invitaciones al baile, arranques de aires punk y soul disfrazado de pop independiente.
Uno de los mayores aciertos de la propuesta musical de Florence And The Machine radica en su habilidad a la hora de crear melodías. No importa la textura, el momento o las sensaciones que despida la canción en cuestión, Welch se las arregla para que todos y cada uno de sus cortes contenga una melodía para el recuerdo. Así, en enero de 2010 un nuevo sencillo titulado «Drumming Song» la encumbró al número uno definitivo de las listas británicas. Seis meses después del lanzamiento oficial de «Lungs», Welch no sólo se mantenía, si no que además, lo hacía por todo lo alto. Y lo hacía gracias a un single que define bien el espíritu de Florence And The Machine: arreglos típicos de una canción de Beyoncé, mezclados con dos arranques melódicos ricos en dramatismo y profundidad de campo independiente. Su clip era una demostración explícita de la apuesta, con Welch bailando una coreografía caracterizada con motivos góticos. I. F.
Además de publicar discos en solitario y haber formado parte de Hole y Smashing Pumpkins, Melissa Auf Der Maur ha colaborado con Indochina y Fountains Of Wayne y forma parte de una banda de tributo a Black Sabbath llamada Hand Of Doom.