El autor analiza las exigencias y condiciones que necesita la paz. La exigencia de «una propuesta apreciable, una postura abierta de comunicación, una voluntad de reconocer al otro a campo abierto», y las condiciones mínimas de «no exigir a nadie que se declare vencido de antemano» y «no utilizar a los muertos como proyectil o parapeto». Defiende negociar «con sencillez y buena voluntad», para terminar llevando su reflexión a la acción de la negociación con los vascos.

Berriro ere gure etorkizuna politikari profesionalen esku uzteko prest ez nagoelako, urte gehiegitan isuri den odol guztia alferrik izan ez dadin, joango naiz

Ya no guardan ni las formas: dan semejante respuesta al Ararteko; lo ningunean de mala manera; mienten con absoluto descaro... Actúan así con una prepotencia que a primera vista da auténtico miedo, pero que va a volverse en su contra en menos tiempo del que creen